Internacional.- Christopher Maloney tiene 34 años y es asesor de Servicio al Cliente en UK. Soltero, nervioso, vive con su abuela viuda, quien es la que lo anima a cantar. Hace un par de meses, luego de 5 años de pensarlo, se presentó en “X Factor”. Era un atado de nervios, todos sospecharon que sería un fiasco. Los hizo llorar.
Otra de las cientos de historias que se comparten a diario gracias a los programas de talento y que nos hacen pensar en las razones del éxito de alguien. En este caso específico, me parece que lo siguiente es lo más relevante.
Lo diferente. En este caso, el perfil del postulante decía poco. Había desconfianza, pero la oportunidad dada a “lo diferente” permitió que surgiera la sorpresa.
El talento. La capacidad vocal de Maloney es innegable, la trae consigo y ese es un “plus” de nacimiento.
La perseverancia. La historia inicial deja claro que sus más cercanos, salvo la abuela, no creían en él. Sin embargo, siguió intentando porque algo interno lo animaba: la perseverancia.
El riesgo. Le tomó 5 años decidirse a intentarlo. Asumió el riesgo y lo consiguió.
La emoción. Todos tenemos miedos, dudas sobre nuestras capacidades y cuando honestamente mostramos esas inseguridades (en el lugar adecuado), se provoca la empatía y surge la emoción que mueve al ser humano.
La pasión. Finalmente, lo que nos mueve en todo lo que hacemos es la pasión. Sin ella, la inercia se apodera de nosotros y los resultados son mediocres.
Todos estos elementos pueden ser analizados y extrapolados a lo que pasa con el ser humano a diario. Estar conscientes de estos elementos a la hora de crear una campaña, puede ser de gran utilidad, pero hoy, la invitación de domingo es a vivir esta emoción con Maloney. Corre video.