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El gobierno británico quiso hacer un mapa de cómo se dio el contagio de COVID-19 en su país, solo que permitió el acceso a data personal a terceras personas.
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Un elemento que llama la atención es el que nos advierte lo importante que es la data hoy en día.
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Un aspecto que no podemos perder de vista en este hecho es el rol que juega la narración de datos.
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El gobierno británico vive un pequeño escándalo de filtración de información de millones de sus ciudadanos, pues con tal de mapear el contagio de COVID-19 en su país, permitió que agencias dedicadas a la manipulación de data tuvieran acceso a la información personal de sus ciudadanos.
Si bien es un esfuerzo interesante, el poder trazar cómo se dio el contagio de COVID-19 en Reino Unido, el acceso a datos personales de millones de personas es un tema polémico y una advertencia de lo importante que son los datos hoy en día y cómo el tener acceso a ellos se convierte en un tema sensible.
Gobierno de Reino Unido vulnerando datos de pacientes con COVID
El National Health Service de Reino Unido presuntamente otorgó acceso a datos de pacientes con COVID-19, a una firma estadounidense en un polémico caso, por lo sensible que es la manipulación de información personal de millones de británicos.
Entre los datos que la oficina otorgó a Palantir se encuentran información de contacto, el género de la persona, su origen étnico, la ocupación laboral y una serie de datos de su perfil médico, además de detalles como creencia religiosa y política.
Los hechos han sido dados a conocer por diversos medios familiarizados con la noticia, donde se detalla que organizaciones como Open Democracy y la firma de abogados Foxglove, obligaron al gobierno británico a dar los detalles de la información que ofreció a Palantir y a otras plataformas tecnológicas como Google, Faculty y Microsoft, como parte de una estrategia de rastreo, para mapear el contagio de COVID-19 en ese país, donde incluso el primer ministro, Boris Johnson, fue paciente positivo a este patógeno.
Lo llamativo de este hecho es que los datos de millones de ciudadanos británicos se vulneraron a una firma estadounidense, que se ha especializado en el rastreo de data de agencias de inteligencia de Estados Unidos con las que trabaja.
Este tipo de hechos dejan la misma sensación que grandes polémicas como el libre acceso que Facebook permitió a Cambridge Aanlytics, al perfil de millones de usuarios de su plataforma, lo que influyó en la elección presidencial donde Donald Trump resultó ganador.