Con funciones que hoy pueden considerarse básicas, limitadas a tomar notas, hacer llamadas, enviar mensajes de texto, recibir correos electrónicos y con un par de aplicaciones en función, el 16 de agosto de 1994, IBM lanzó Simon, un dispositivo móvil pionero que sentó las bases para la telefonía inteligente de bolsillo.

Aunque este es considerado por muchos como el primer smartphone de la historia, lo cierto es que no fue hasta 2007 cuando la humanidad presenció el nacimiento de uno de los gadgets que marcó historia en la evolución de la sociedad y, por tanto, de la industria de la mercadotecnia: el iPhone.

El impacto para el negocio de la firma fundada por Steve Jobs es evidente hasta nuestros días. En su primer año, el entonces nuevo dispositivo alcanzó ventas por 1.39 millones de unidades, según Statista. Casi una década más tarde, en 2016, la cifra se elevó 211.88 millones. Gracias a esto, para Apple, el iPhone representa el 60 por ciento de sus ingresos.

Aunque es cierto que Apple no inventó el mundo mobile, lo cierto es que el lanzamiento de este dispositivo marcó el inicio de una nueva categoría que puso sobre la mesa un nuevo terreno de competencia para las marcas en su carrera por cautivar al consumidor.

Hablamos de la primera terminal en apostar por un enfoque multitoque, que además de proponer un entorno más dinámico que simplificaba la interacción de los usuarios con el mundo que los rodeaba, vino acompañado de una tienda de aplicaciones que ponía a disposición de cualquier persona una aplicación para cada misión, interés o demanda, hecho que cambio las reglas del juego para dar como consecuencia audiencias acostumbradas a recibir aquello que esperan en todo momento y lugar de manera personalizada con el mínimo esfuerzo. Un toque a la pantalla es suficiente para acceder a un mundo de posibilidades.

Desde entonces y hasta la fecha con peculiar fuerza, los dispositivos móviles se han convertido en herramientas indispensables en la planeación y ejecución de campañas de marketing.

Hace 10 años la mercadotecnia se caracterizaba por estrategias basadas en planes anuales con medios tradicionales. La exigencia de inmediatez, cercanía, anticipación y adaptación que ahora conocemos, no encontraban lugar ante esfuerzos básicos de mercadotecnia digital (en aquel entonces llamada e-marketing) concentrada básicamente en e-mailing, pautas de banner y sitios web que respondían sólo al diseño de escritorio.

A una década del nacimiento del iPhone las cosas son distintas, más aún cuando reconocemos que el 50 por ciento del tráfico de la red viene de dispositivos móviles y 2 mil 900 millones de personas en el mundo cuentan con un smartphone.

Mobile First es una de las premisas más comunes y fuertes dentro de la industria de la mercadotecnia. Para las marcas este es el camino para conquistar a un consumidor que entiende a sus dispositivos móviles como una extensión natural de su ser.