-
El plan de streaming de bajo costo ya había sido anunciado desde mediados del mes
-
Durante su último reporte de resultados, Netflix confesó que había perdido más de 126 mil suscriptores
-
Según Statista, la industria del VoD tendría ingresos globales de 28 mil 151 mdd para finales de 2023
Cada servicio de Video-On-Demand (VoD) tiene su plan para el entorno del streaming. Disney se enfocará en un modelo dual de plataformas, incluso matando servicios “excedentes”. Amazon parece tener una idea muy similar, con la ayuda de su estrategia unificada Prime y IMDb TV. Apple, por su parte, quiere triunfar quemando millones de dólares (mdd) en sus nuevas series. Y Netflix aún se rehúsa a la publicidad y ha preferido el modelo de bajo costo.
De acuerdo con The Verge, Netflix acaba de lanzar una nueva modalidad de suscripción de bajo costo en India. El plan, con un precio de solo 2.80 dólares (poco menos de 55 pesos al mes), solo permite ver la programación del servicio de streaming en dispositivos móviles. También se restringiría a un aparato a la vez y la calidad máxima sería de 480p.
Streaming para más usuarios
Es claro que la intención de la plataforma es extender el alcance de sus servicios. Los dispositivos móviles alcanzarían una penetración global de 63.4 por ciento para 2019. El número es significativamente mayor al de computadoras personales (48.3 por ciento a 2018) y de TVs inteligentes (37.2 por ciento, solo en Estados Unidos). Así que un plan de streaming que sea solo mobile podría tener gran tracción.
Pero la lucha por el bajo costo es donde parece estar el futuro de la industria. YouTube decidió simplemente deshacerse de su versión de paga para su contenido de streaming original. Hulu constantemente busca nuevos formatos para seguir monetizando su versión con anuncios. Y varios expertos reafirman que el futuro inevitable de la industria es la publicidad.
Así pues, es probable que las jugadoras del entorno del streaming empiecen una violenta guerra de precios en el futuro próximo. Este enfoque ciertamente eliminaría a las compañías que, como Netflix, carezcan de ingresos adicionales de otras unidades de negocio. Pero también expondría a los agentes más grandes a demandas por prácticas anti-competitivas. En este sentido, todas las compañías tienen que ser cuidadosas en cómo abordan este enfoque.