Imaginemos el 2030, el futuro relativamente cercano, los futuristas tecnológicos nos hablan de que existirán los implantes cerebrales, la creación de las redes eléctricas inteligentes, que trasmitirán energía en ambas direcciones, los televisores y dispositivos plegables, que se doblarán como una hoja de papel, el internet cuántico, que se dice no será posible de hackear, y seguro. El uso de drones para infinidad de tareas como las agrícolas, de seguridad, de transporte, un elevado número de la planta vehicular mundial serán carros eléctricos.
En 2030 la misión a marte de Elon Musk habrá sido un éxito y la colonización del planeta rojo un hecho. El proyecto de Japón y Francia de mapear el mundo oceánico habrá terminado ya, podremos tener el mapa del océano de la tierra. Se crearán árboles artificiales con el objeto de separar el dióxido de carbono (co2) del aire.
En la economía será el fin del uso del efectivo, y el uso de las criptomonedas será normal. La Inteligencia Artificial (I.A) habrá desplazado a millones de trabajadores, cuyas funciones serán hechas por robots. Muchos seres humanos vivirán más en el Metaverso y mundos virtuales que en el plano real.
A cambio de este ensueño de cambios por la tecnología, existe su contraparte negativa, en materia de salud, y son las enfermedades digitales que hoy ya conocemos aumentarán, y habrá nuevas. Una sociedad cada día con más alejamiento social tendrá menos casamientos, bajará el índice de natalidad, los valores serán otros, cada día menos actividades familiares y al aire libre, cada día seremos menos tolerantes, la tecnología marca la velocidad en todo.
La tecnología invade ya el cuerpo humano. El Iphone y/o Smart/phone se han convertido en una extensión en nuestro cuerpo, provocan ansiedad, el no tenerlos en nuestras manos, o cargarlos en el cuerpo, nos genera Nomofobia, el miedo irracional a estar sin celular o sentirnos incomunicados. La Neomanía o Neofilia ese deseo por lo nuevo de la tecnología que nos lleva a la dispersión y a la liberación de dopamina en grandes cantidades.
El Iphone se convierte en arma de distracción masiva que conduce al Phubbing, cada día más frecuente en las mesas de convivencia familiar, responsable de enojos entre parejas, al prestar más atención al celular que a los seres humanos que están sentados con nosotros. El llamado Fomo que es el miedo a perderse algo en las redes sociales o a quedar excluido de un evento, lo que obliga a los que sufren este síndrome a permanecer conectados a Internet.
La Ansiedad tecnológica; apego severo al teléfono, altamente relacionado con un desajuste de los niveles de dopamina; neurotransmisor cerebral que regula las recompensas, muy ligado al Zapping actitudinal, trastornos de ansiedad. El Insomnio digital, que genera físicamente dolencias y trastornos de nervios, músculos, columna vertebral, y cuello. La Whatsapitis adicción a esta aplicación generadora de “Psiconversaciones”.
El Coste de cambio, tiempo que perdemos por dispositivos electrónicos y sus aplicaciones, descuidando otras labores de importancia. La Infoxicación, ese síndrome de Diógenes digital, cuando tenemos la tendencia a acumular basura electrónica, libros gratuitos, fotos, videos, entre otros. La Infobesidad producida por un sedentarismo electrónico y físico. El Deterioro Cognitivo, con pérdida de memoria, atención en el procesamiento de información y la Demencia digital, el extremo de los padecimientos digitales, al dejar de ejercitar la memoria por delegar todo al Iphone/Android, dispositivos y aplicaciones.
Sin duda, para el 2030 además de avances tecnológicos, tendremos más enfermedades digitales generadas por el uso y abuso de la tecnología.