Donald Trump se arriesgó en grande apostando en un evento masivo de regreso en Tulsa, Oklahoma, el 20 de junio. El evento, el cual marcaría el reinicio de la campaña política de Donald Trump hacia la reelección, fue blanco de amplias críticas, semanas antes de su ejecución. En este primer evento masivo en el mundo en tiempos de la pandemia hubo muchas críticas hacia congregar a miles de personas en un evento de proselitismo político. Finalmente, el evento fue un fracaso, en términos de su asistencia. Los responsables de la campaña de Trump habían dicho que un millón de personas habían solicitado ingreso a la arena en la que se llevó a cabo el evento; su capacidad para 19,000 personas.
Además del recinto cerrado en el que se llevó a cabo el evento, el comité de campaña tenía ya listo un escenario adicional para la sobre demanda esperada. El escenario, montado en exteriores, tenía espacio para 40,000 personas más. Ese segundo escenario no logró juntar prácticamente más que unas pocas docenas de personas. En ese lugar, Donald Trump y Mike Pence estaban programados para dar un breve mensaje, mismo que fue cancelado por la falta de audiencia, quizá una de las primeras señales del fracaso del evento principal. Donald Trump, que esperaba que la noticia fueran largas filas de personas esperando a entrar al evento principal, se topó con reportes de la poca afluencia de personas al evento. La noticia que daría la vuelta al mundo sería la de un evento con dos tercios de su capacidad vacía.
Pero, ¿qué fue lo que falló?
Hay varias teorías, además de que esto sirvió como una gran prueba del miedo que las personas aún tienen de los eventos masivos en tiempos del coronavirus.
La primera teoría es alrededor de una noticia que se filtró en la mañana del evento. Varios de los miembros de la campaña de Trump, organizadores del evento en Tulsa, habían dado positivo en tests de COVID-19. Esa noticia, obviamente una filtración, fue una bomba en los medios masivos. Quizá, uno de los factores más relevantes que jugó un papel importante en el fracaso de audiencia en el evento.
La segunda teoría tiene que ver con fans de KPOP, el género de música de pop coreano que ha conquistado al mundo. Aparentemente, varios grupos de fans de KPOP se organizaron a través de videos de TikTok para registrarse al evento en línea, sin un verdadero interés en asistir. De esta manera, habrían llenado el cupón de asistentes con reservaciones falsas. Varios videos de TikTok explicaban cómo hacer esto. Sería una de estas bromas digitales organizadas por grupos militantes de cibernautas, en este caso, fans de KPOP. La historia fue validada por algunas personalidades tanto del partido republicano, como del demócrata. Aún y cuando haya algo de verdad en esto, los algoritmos de registro de eventos deberían de, por lo menos, reducir el número de registros falsos. Además, tampoco se dio un número masivo de asistentes en el foro adicional, el cual estaba fuera del recinto principal.
Más allá de las historias sobre KPOP o la filtración del contagio de los miembros del staff de campaña, la realidad sigue siendo que existe un miedo genuino de la población al coronavirus. El prospecto de estar en una arena llena de personas, en uno de los peores momentos de la pandemia, no resulta muy atractivo. El mismo comité de campaña agregó un disclaimer de salud en el que los asistentes asumían todos los riesgos de participar en el evento; un elemento más en contra de la asistencia.
El evento terminó con una audiencia, según el departamento de bomberos de Tulsa, de 6,200 personas, básicamente, un tercio de la capacidad total de 19,000. Imágenes de una arena semi-vacía le dieron la vuelta al mundo. El regreso triunfal de Donald Trump a su campaña de reelección terminó siendo un testimonio de que la humanidad aún no está lista para regresar a una nueva normalidad que incluye eventos masivos, mismos que tendrán aún que esperar a tiempos mejores.
Quizá, una de las más icónicas imágenes del fracaso de esta tentativa de retornar a los eventos masivos en 2020 fue la imagen de Donald Trump regresando a la Casa Blanca. En los videos se ve encorvado y con un semblante totalmente desencajado, mientras camina por los jardines de la Casa Blanca. Es la viva imagen de la derrota, una que seguro, lo perseguirá por siempre. Probablemente, es la respuesta del mundo actual, el cual aún no está listo para acudir a eventos masivos, sin importar el interés que pueda despertar el líder político en cuestión.