La colaboración de marcas personales con productos de consumo se ha convertido en una apuesta con amplia tradición dentro de la mercadotecnia, sin embargo, no siempre se logra el mejor resultado.
Es importante entender en este punto, la flexibilidad con la que deben de contar las marcas personales para lograr aterrizar con productos que se identifiquen ante nichos de consumidores, pues de esta forma se logra que el consumo sea efectivo.
La flexibilidad de una marca depende de su reputación e imagen positiva con la que cuenta, lo que permite su oportunidad con estrategias de comercialización que logren sacar el mayor provecho a estas marcas, sobre todo cuando se debe de generar una oferta de productos que llamen la atención del mercado y que generalmente están asociadas al nicho en el que se desempeñan estas personalidades.
Pensemos en una chef Paulina Abascal y el lanzamiento de productos de cocina, tal como ocurre en México. Visto de una manera global, nos encontramos con una cantante como Rihanna que lanza una colección especial de ropa deportiva en colaboración con Puma. En fin, la lista de productos y estrategias de este tipo es amplia, tal como continuaremos viendo posteriormente.
Desde esta perspectiva en que las marcas personales se convierten en interesantes estrategias comerciales, los mercadólogos han entendido que hacerse de una cantidad inmensa de recursos que determinen el éxito de dichos participantes en el mercado, por lo que digital se ha convertido en una obligación para estos profesionistas, de lograr protocolos donde ya no solo se trata de implementar promociones y comunicarlas a través de estos canales, se debe de hacer programática, narración de Big Data y un largo número de recursos que ayuden a lograr el mayor reconocimiento de marca.
Sin embargo, mientras esto pasa en la actualidad, es difícil creer que algo similar pudo haber ocurrido con el lanzamiento del Monopoly de Donald Trump, un producto caracterizado por su aburrimiento y que ahora se ha convertido en una pieza del museo de los errores, lo que pone de relieve de nueva cuenta la marca personal de Trump en un contexto negativo, lo que supone un impacto en el éxito comercial de los productos que llevan su nombre.
Trump confuses warfare and politics with his monopoly board game. World peace is at risk, not just USA, everyone. War is not a game. #afraid pic.twitter.com/m2bSJ9g0W4
— Patrick Coomans (@patrickcoomans) 14 de abril de 2017