Por Alan Campos
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La semana pasada el escocés sir Alex Ferguson anunció su renuncia como director técnico del Manchester United luego de casi 27 años al frente de los Red Devils, poniendo así fin a toda una época dentro del futbol, no solo inglés, sino mundial.
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Las repercusiones tras la decisión del británico no se hicieron esperar y llegaron de manera prácticamente instantánea, no sólo en el ámbito deportivo, sino también en el mundo de los negocios, donde el valor de las acciones del club en Wall Street decreció en un 5 por ciento en el comienzo de la sesión en la casa bursátil.
De acuerdo con el diario Today el valor del Manchester United, ubicado como el segundo club de futbol más caro del mundo por la Forbes tasado en 3.2 billones de dólares, cayó cerca de 100 millones de libras (191 millones de dólares aproximadamente) tras conocerse la renuncia de Alex Ferguson, situación que aunque pudiera parecer un poco dramática, para mí no resulta más que una daño calculado y que no afectará realmente al United ni a sus inversores.
Es decir, resulta obvio que una decisión tan importante iba a tener repercusiones en el ámbito de los negocios, sobre todo si consideramos que el mercado financiero detesta la incertidumbre y los cambios, especialmente cuando tienen que ver con una persona encargada de tomar las decisiones dentro de una empresa (una situación similar aconteció con el Apple tras la muerte de Steve Jobs).
Quizás el impacto negativo que tuvo en Wall Street la renuncia de Alex Ferguson se vio maximizado además por la incertidumbre de no saber quién sería el hombre encargado de reemplazar el veterano estratega de 71; por lo que tal vez el United pudo haber minimizado su caída en la bolsa confirmando a David Moyes al mismo tiempo que se anunció el retiro de Ferguson, porque no fue algo que sucediera espontáneamente, fue una situación que ya se venía platicando de tiempo atrás y que a mí parecer pudo haber sido remediada de manera distinta.
Ahora bien, si no podemos asegurar que David Moyes continuará con la exitosa gestión que Alex Ferguson ejerció en el Manchester United durante casi tres décadas, por lo menos la base de jugadores con la que cuenta continúa siendo la misma, y si a esto le sumamos el hecho de que durante el último año el club firmó importantes contratos coWahaha, Singha y Aon, así como el contrato más jugoso en la historia del futbol con Chevrolet (por 559 millones de dólares), no tengo duda alguna de que el valor del United seguirá creciendo y la caída que sufrieron no es sino un pequeño bache para el gigante británico.