En los últimos registros se contabilizaron a más de 3 mil millones de usuarios de redes sociales en el mundo, mientras que Instagram, de 800 millones de usuarios, diariamente se suben más de 200 millones de fotografías en el mundo, además que es una de las principales actividades en la red social fotográfica.
Las imágenes son uno de los principales ingredientes de las redes sociales, es por ello, que Instagram estrena nuevos filtros anualmente. La Universidad de Harvard presentó un análisis que refiere mediante el uso de filtros y colores en una fotografía es posible definir el estado de ánimo de una persona.
Mediante un algoritmo, Harvard probó que hay una conexión entre el uso del color y el estado mental de una persona, es decir, las redes sociales en un futuro podrían proporcionar un análisis del estado mental y la vida personal de una persona, ya que las personas que publican imágenes de color más oscuros en Instagram tienen más probabilidades de ser depresivos, en comparación con los que publican colores más vibrantes.
Aunque si bien una imagen con colores brillantes puede ser cuestión de un filtro de Instagram, el detector puede ser la frecuencia con el que usan el filtro “inkwell”, en comparación con otras personas. En un sondeo a 170 personas, Harvard refirió que el algoritmo de aprendizaje automático detectó correlaciones entre las propiedades de la imagen y la depresión.
Concretamente, el algoritmo encontró que la disminución de la saturación y el brillo, así como el aumento de tono predecía la depresión. Asimismo, encontró que las personas deprimidas y no deprimidas usaban filtros de forma distinta.
Lo que era de esperarse, el filtro desarrollado por Harvard fue capaz de identificar la depresión con un éxito del 70 por ciento, de forma más efectiva que un psicólogo lo haría, ya que los cuestionarios clínicos no son 100 por ciento exactos.
No obstante, también se encontró similitudes entre las personas que estaban deprimidas y la forma en que publicaron fotos en Instagram, por lo que el estado de ánimo puede verse reflejado en redes sociales aunque la persona decida no expresarlo, ya que ahora todo es detectable mediante algoritmos.