Por Paco Santamaría y Anaí Aguilar
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Paco X. Sabes de qué te estoy hablando y por dónde voy?
Anaí Y. ¡Claro! Es “la trilogía erótica de la que habla todo mundo”; según los periódicos, y sus reseñas. Dime que te recordó al Marqués de Sade.
Paco X. ¿Ya la leíste? ¿Por qué crees que es un trend topic mundial y se han vendido más ejemplares que Harry Potter? ¿De qué trata?
Anaí Y. No la he leído. Pero creo que el boom, es porque así cómo Harry Potter creó la fantasía para mi generación desde chicos, Twilight nos regaló un mundo rosa, este libro nos regala ese lado obscuro pero real, fantasioso pero sin escobas voladoras, mágico pero sin sangre, algo viejo pero novedoso, ¿no crees? ¿Tú lo leerías?
Paco X. Es porno soft o erotismo ligero, un mercado importante para esas parejas que quieren intentar emociones nuevas y recuperar sus prácticas de sexualidad, ¿te habías dado cuenta?
Anaí Y. No la llamaría así, pero es un buen producto para un mercado más alivianado sobre el tema; ¿te hubiera llamado la atención hace 15 años?
Paco X. Claro porque es un tema medio prohibido y genera morbo, ¿crees que lo diseñaron así para vender más?
Anaí Y. ¿Crees que hoy por hoy sea un tema prohibido? Yo no. Creo que dentro de tantos cambios e ideologías sociales el tema erótico no genera tanta prohibición como deseo por consumirlo. Puedo imaginarme a una señora en una librería comprarlo sin pena. Y además un buen libro, es una buena película ¿no?
Paco X. Un mercado que se está aprovechando más y más, porque se prueba el contenido con el éxito del libro, y se comprueba con el desarrollo de una película. Mismo contenido, dos mercados diferentes.
Anaí Y. Porno o no; queda claro que es un boom hecho novela que libera a la sociedad a desatarse, diseñado para consumir temas actuales que alejen nuestras mentes del mundo banal que vivimos. Contenido así, simplemente es un reto más para la mercadotecnia. ¿Cómo manejarlo? Eso es tarea de los expertos.