El Grupo de los 20 (G-20) se concentra desde este viernes en la ciudad alemana de Hamburgo con el objetivo de debatir temas como el terrorismo, el crecimiento económico, el comercio, el desarrollo sustentable, el clima y la energía.
Es un foro integrado por los 20 países más ricos del mundo, que representan el 85 por ciento de la economía mundial. Además de ser un espacio de cooperación y consultas entre las naciones en temas relacionados con el sistema financiero internacional; revisa y promueve discusiones sobre los países industrializados y las economías emergentes.
Sin embargo, como parte del protocolo los líderes del G20 posaron para una foto antes de comenzar el encuentro, un momento que nos permite analizar varios aspectos como: los ojos están puestos en los líderes de los países más poderosos (Estados Unidos, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Francia), mientras que las naciones llamadas emergentes hacen lo posible por aparecer en la imagen.
La reunión que se celebra en Hamburgo nos permite ver con un simple video el estado actual que atraviesa el mundo, ya que por una parte, un protagonista es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien participa por primera vez, pero con el lenguaje corporal denosta arrogancia, distancia y una notable superioridad.
En su recorrido hacia la foto, Trump es abordado por Malcolm Turnbull, primer ministro de Australia, quien dialoga con él un tema que al mandatario estadounidense parece no importarle mucho, ya que busca intercambiar miradas con todos los jefes de Estado alrededor e incluso se muestra dispuesto a romper la charla en cualquier momento.
Turnbull deja a Trump y este camina hacia su lugar, quien es saludado por Alpha Conte, presidente de Guinea, por Joko Widodo, presidente de Indonesia y un José Ángel Gurría, director de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) quien también busca la atención del presidente estadounidense, quien lo corta en diversas ocasiones con palmadas en el brazo.
En otras tomas vemos a Theresa May, primera ministra de Reino Unido charlando con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea y con Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo (recordemos que estas tres entidades negociarán el Brexit).
El presidente México aparece en la toma, pasa por un lado de Trump, saluda al mandatario de Indonesia, a Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, bromea con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, aunque parece que México es “el amigo” de todos los países, está cerca, pero a la vez distante de Estados Unidos.
Sin embargo, lo que más resalta del video, no es lo que hacen presidentes y directivos de los organismos internacionales, es que la toma se cierra a lo que hace Trump (este mismo texto dedica a propósito tres párrafos), porque es lo que vemos, lo que el mundo quiere ver, lo que los medios queremos ver.
“Donald Trump hizo, Trump dijo, Trump no saludó, el presidente de Estados Unidos ignoró”, una serie de frases que hacen ver que el centro de las miradas sólo están pendientes en un sólo lugar.
Un elemento importante en el marketing político es el liderazgo y se rige en tres puntos principales:
1- Los líderes son un “emergente” de su sociedad. Un producto de la misma. O sea que son portadores de algunas características propias de esa sociedad concreta en ese momento histórico y cultural concreto.
2- La nota esencial de un liderazgo es su capacidad para impulsar una sociedad en determinada dirección.
3-La dinámica, entonces, es bidireccional: la sociedad produce al líder para que encabece su marcha en cierta dirección, y el líder luego impulsa a esa misma sociedad que lo produjo. Hay algo casi contractual en la dinámica entre líder y sociedad. Un contrato que debe renovarse cada cierto tiempo, y que algunos lo logran y otros no. Por eso hay liderazgos de largo plazo, de esos que dejan honda huella en la sociedad, y también liderazgos de corto plazo que se agotan en una fugaz y rápida carrera.
Más de 50 millones de estadounidenses hicieron a Donald Trump su líder, la humanidad parece que quiere hacer lo mismo. Una elección, ya sea presidencial, legislativa o municipal, es en definitiva una decisión colectiva y de alguna u otra forma ya decidimos a quien seguir, aunque sea con nuestros ojos.