Sin empleo no hay futuro. En eso, seguramente, están todos de acuerdo. Sin embargo, más allá de la declamación, pocos parecen entender que mientras la tecnología avanza y los escenarios laborales se modifican, las políticas públicas y privadas deben analizar qué pasará cuando ya no haya más trabajo.
Algo de eso es lo que planteó Manuel Muñiz en su keynote de este miércoles en Buenos Aires, en el marco de la 18 Cumbre del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC). El decano de la Facultad de Relaciones Internacionales de IE University habló de empleo, mercado laboral mundial (con datos de EE.UU.) y un convulsionado escenario que las grandes compañías y los estados deben tener en cuenta.
Muñiz dijo que “el 47% de los puestos de trabajo corren riesgo de automatización en los próximos 20 años” en los Estados Unidos. Es un porcentaje altísimo y un plazo extremadamente corto. ¿Qué pasará con toda esa masa laboral? ¿Tenemos planes para ellos? Algunos se reconvertirán, aparecerán empleos nuevos, pero un gran porcentaje quedará marginado.
El economista también explicó que “el estancamiento salarial es uno de los desafíos clave”. Según dijo, “sólo el 50% de las personas nacidas en los años ochenta ganarán más que sus padres”. Un dato que se eleva al 92% si se analiza a los nacidos en los años 40.
Otro aspecto que analizó es el que tiene que ver con la productividad versus el salario. Muñiz dijo que un estudio de la US Census Bureau dice que desde 1950 a 2010 (en Estados Unidos), mientras la productividad creció un 254,3%, la compensación por el trabajo avanzó 113,1%. El desfasaje se comenzó a notar en a comienzos de los años 70.
“Los avances tecnológicos ultra rápidos y los cambios importantes resultantes en el mercado de empleo son una razón clave para las convulsiones políticas que vemos en todo el mundo hoy”, dijo. “Mientras el teléfono tardó 75 años en llegar a los 50 millones de usuarios, a la radio le tomo 38 y a la TV, 13. Pero vean al resto: a internet 4 años, a Facebook 3,5 años y a Angry Bird 35 días”, analizó.
La desigualdad fue uno de los ejes de la keynote. “La creciente desigualdad de ingresos es el tercer impulsor clave de la inestabilidad política”, dijo y mostró un gráfico en el que se podía apreciar cómo se modificó el escenario desde 1940 hasta el 2012, luego de la crisis de los años 30. La tendencia muestra cómo el 1% con mayores ingresos se fueron haciendo de la mayor parte de las ganancias, por sobre el resto.
Otros factores que juegan (negativamente) sobre el empleo son, según Muñiz,
- El pesimismo en el futuro.
- Las fuerzas políticas que buscan romper el sistema dentro.
- Y la pérdida de la fe en la democracia.