A lo largo de mi vida como corredor he utilizado distintas marcas de calzado y realmente no tengo una preferida, sin embargo, unos de los primeros modelos que utilicé y de los cuales realmente quedé enamorado, fueron unos Pegasus y otros Vomero, de la marca Nike, ambos comodísimos, que en alguna parte de su diseño tenían impresos o bordados la imagen de un hombre de corbata y sombrero, y la palabra Bowerman.
¿Quién fue Bowerman? Bill Bowerman fue un entrenador de diversos atletas, además de uno de los fundadores de la empresa Nike. Exitoso en las dos facetas, entrenó a deportistas olímpicos y poseedores de distintos récords, además de participar en el diseño de diversos productos de la marca. Nació en 1911 y murió en 1999, ambos sucesos en Oregon, el sitio en el que escribiría una historia imborrable.
Su trayectoria resulta fascinante y como hallazgo del valor de la misma resaltan los testimonios de los atletas que fueron entrenados bajo su tutela, sus publicaciones, los diseños tecnológicos que fortalecieron los productos de la firma, un club de corredores que lleva su apellido y la pista de entrenamiento dentro de las instalaciones corporativas de Nike en Oregon, entre muchos otros.
Bowerman fue el artífice de un programa para adaptar al equipo olímpico de corredores a las condiciones que enfrentarían en los Juegos Olímpicos de México en 1968, que verían afectado su desempeño por la altura de nuestra ciudad.
Además, debemos atribuirle parte de la cultura y el amor que existe entre los corredores recreativos por este deporte, fomentados a través de sus publicaciones que llegaron a manos de millones. El Bowerman Track Club es obviamente patrocinado por Nike y es uno de los clubes más importantes de los Estados Unidos del que participan corredores de distintos perfiles.
Las instituciones están formadas por su gente, el activo más valioso con el que cuentan; y es justamente Bowerman uno de los elementos más valiosos para la marca que ha logrado trascender de manera muy importante, al grado de volverse inmortal a través de todos estos hallazgos.
Bowerman decía que un zapato para correr debería ser cómodo, ligero y permitir recorrer largas distancias. Además, aseguraba que si contabas con un cuerpo, sin lugar a dudas eras un atleta.
Ligar una marca o producto con un apellido resulta altamente riesgoso, ya que si la reputación de la persona falla, arrastrará consigo a la marca y al producto; ejemplos de ello abundan. El caso Bowerman, un ejemplo exitoso de esa peligrosa apuesta.