Queridos lectores: esperando que hayan tenido una buena semana, sobre todo con salud, regreso con un escrito esperando sea de utilidad y de interés.
La semana anterior tuve oportunidad de expresar que, en cualquier situación de controversia que pudiera convertirse en una crisis de comunicación, el tema del orgullo y del ego juegan un rol importante.
Quedándome un poco picada con ese tema que me parece que da para grandes análisis y reflexiones, quiero compartir la siguiente frase “The ego is not your amigo”, escrita por la autora, speaker y especialista en liderazgo laboral, CY Wakeman, en su libro titulado “NO EGO”.
En esta ocasión no me refiero a situaciones de controversia o de riesgo claro; según Wakemaman es recomendable que los grandes líderes logren cortar el costo del drama en el espacio de trabajo generado muchas veces por el ego, para lograr grandes resultados.
Sin lugar a dudas, todos tenemos ego, la parte de nuestra psique que media entre la autoidentificación y la experiencia; el ego es un factor de cómo nos adaptamos a la realidad y no tenemos que sentirnos mal de sentirlo, lo que sí es recomendable, según los expertos, es que no permitamos que esa emoción genere desperdicios emocionales, de tiempo y de acción, que no nos quite el enfoque necesario para realizar de manera consciente y disciplinada los procesos que necesita cualquier estrategia profesional y comercial para poder culminarse de manera exitosa y medirse de manera objetiva.
“Es un narrador de experiencias poco confiable porque su naturaleza basada en juzgar nos separa de los demás; el ego exagerado crea y deleita el drama”, asevera la autora en “En contraste, la realidad sí es tu amiga”.
En el mundo del marketing, la publicidad, las relaciones públicas, la producción, la fama y en cualquier campo profesional, es un tema que vale la pena atender; tener claro que no es lo mismo la confianza en ti mismo, que se define como tener convicción en tus propias habilidades, fortalezas, y tener la capacidad de detectar y aceptar tus debilidades y amenazas, como aplicaría en un modelo FODA para un plan de negocios, sin olvidar que los negocios son planeados y realizados por personas.
A diferencia de la confianza en ti mismo, el ego opera por interés propio; busca aprobaciones de manera constante y validación, muchas veces al costo que sea necesario, con tal de ser visto como lo correcto; es resistente a la retroalimentación.
La tendencia de liderazgo actualmente se basa en la colaboración y en el intercambio de conocimientos, incluso, es altamente recomendable tener un coach que te ayude a conocerte mejor, a organizar tus agendas y a coordinar de forma más eficiente a tus equipos de trabajo.
El tabú de pedir ayuda y, sobre todo, de dejarte ayudar, que suena similar pero no es lo mismo, a muchos ya nos suena obsoleto.
La riqueza en las agencias de marketing, publicidad y de PR que tienen como propósito permanecer a largo plazo y no limitarse a ser “la estrella de un solo momento” se establece en la contribución como un factor clave para el crecimiento de tu organización y de las marcas y clientes a quienes atiendes.
Muchos hemos visto la evolución del diseño de las oficinas de grandes corporativos en donde cada vez los muros se convierten en vidrios y en espacios más abiertos; los códigos de vestimenta en ciertos sectores han ido también aligerándose.
Desafortunadamente, grandes ideas y campañas no se llevan a la acción por temas de malos manejos de ego en donde al final “todos pierden”.
Me encanta la regla de los paracaidistas profesionales: el día que no revisas tu equipo antes de lanzarte al vacío, pierdes la verdadera confianza en ti mismo y te pones en altos riesgos por exceso de ego y falta de preparación.
En conclusión, no podemos evitar el ego, pero definitivamente sí podemos controlarlo.