No es un secreto. Aunque Mulán era una de las cintas más esperadas del año, la realidad es que su estreno a causado muchas críticas para Disney.
La razón es simple. La cinta no llegará a las salas de cine como se tenía previsto antes de la pandemia.
En contra parte, la cinta de la guerrera china llegará de manera exclusiva al sistema de streaming de la casa de Mickey Mouse, Disney+.
Mulán por casi 700 pesos
Aunque la nueva versión de Mulán ha generado toda clase de expectativas entre las audiencias y a pesar de que el público ha mostrado su interés por disfrutar de la cinta, para ser de los primeros en disfrutar de la producción, los consumidores deberán de pagar cerca de 30 dólares, cifra que a decir de las proyecciones de Statista es más de tres veces el precio promedio del boleto de cine en Estados Unidos (EEUU) para 2019. La cifra es equivalente a 680 pesos mexicanos.
A pesar de que la decisión ha generado toda clase de polémicas, lo cierto es que parece ser la mejor opción, cuando menos, para el negocio de la casa productora.
De la misma manera que sucedió con sus competidores, durante la cuarentena, Disney vio especialmente mermados sus ingresos relacionados con sus películas y demás producciones.
De acuerdo también con The Verge, los ingresos de la casa del ratón disminuyeron, entre este último trimestre y el equivalente del año pasado, lo mismo que ganó por Avengers: Endgame. En los últimos tres meses, de hecho, la productora no ha estrenado nada en cines, por obvias razones. Es insostenible esperar que la compañía siga esperando a las salas por mucho más, a pesar de que el sector comienza a reactivarse ya en algunos mercados.
El dolor de gastar
El precio que deberán pagar los usuarios por ser de los primeros en disfrutar el nuevo live action de Disney ha generado toda clase de críticas para la firma.
Y es que aún cuando disfrutaría en casa podría tener muchas ventajas para el consumidor el pago por un a sola producción resulta simplemente “excesivo”.
Pagar 680 pesos mexicanos por ver Mulán desde casa resulta caro para muchos usuarios; sin embargo, de acuerdo con datos del Departamento de Investigación de Merca2.0, una vista al cine en México en familia, considerando snacks y entradas para cuatro personas, supone un gasto cercano a los mil 320 pesos.
Lo cierto es que en este fenómeno en donde los intereses de Disney y del consumidor existe un factor psicológico que, a largo plazo, podría poner en jaque a la casa productora.
Este fenómeno se conoce como “el dolor de pagar” término que fue acuñado hacia 1998 por George Loewenstein y Drazen Prelec, el cual hace referencia al malestar que se produce en el consumidor cuando gasta dinero y que, de manera natural tiene un impacto en la satisfacción del cliente.
Cientos de marcas han buscado formas para minimizar este “padecimiento” para llevar al mínimo fricción que esto puede ocasionar con al momento de tomar una decisión de compra, en donde las promociones y la diversificación de los métodos de pago son las más evidentes.
Lo cierto es que para minimizar este fenómeno, que resulta un problema ahora mismo para Disney, es importante reconocer que este dolor se produce en función de una valoración que se hace del precio con experiencias que podrían ser similares.
La comparativa
En el caso de Disney y Mulán existen dos aspectos sobre los cuales se evalúa el precio sugerido para el estreno.
El primero es la idea de la experiencia “completa” que se vive en una sala de cine, misma que aunque se ha intentado replicar desde casa, tiene elementos con los que el streaming no puede competir.
El segundo, estaría ligado a la naturaleza propia de Disney+ que como todas las plataformas de streaming ofrece un catálogo amplio de series y películas que se pueden disfrutar en casa por un precio mucho menor al que se deberá de pagar por el estreno.
Estos dos factores hacen que el sentimiento de “pagar sin sentido” solo por Mulán se haga especialmente grande.
Disney ha dicho que podría replicar la estrategia de Mulán con otros estrenos que tiene en puerta y aunque esto podría beneficiar a us negocio, lo cierto es que el dolor de pagar parece ser especialmente grande para las audiencias. Lo que Disney está arriesgando es la satisfacción de sus clientes.