Por Alan Campos
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Una de las preguntas más recurrentes que se te hacen a través de los años cuando juegas futbol es “¿en qué posición juegas?” respuesta que por lo general se basa en varios factores como altura, complexión física, velocidad y otras más. Es claro que cuando eres niño lo primero en lo que piensas es en estar en la cancha y no en el dinero, sin embargo creo que la respuesta cambiaría radicalmente si todos conociéramos la diferencia económica que existe entre atacar y defender.
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Cuando analizamos el ranking de la revista Forbes sobre los 20 futbolistas mejor pagados del mundo nos encontramos con que dentro del mismo aparecen 12 delanteros, 6 mediocampistas y 2 defensores, mostrando claramente la predilección que tienen tanto clubes de futbol como marcas por los jugadores de ataque.
Obviamente el hecho de que las marcas se inclinen por los jugadores de ataque para invertir su dinero se debe al hecho de que el gol es el momento cumbre del futbol y son los delanteros los jugadores más propensos a conseguir las anotaciones durante los partidos de futbol, así como a realizar las jugadas más vistosas que sean capaces de levantar a los aficionados de sus asientos.
Sin embargo, si analizáramos detenidamente la cancha de futbol nos daríamos cuenta de que el único jugador indispensable para la práctica del balompié es el portero, irónicamente la única posición que no cuenta con representación dentro del listado de la revista Forbes e irónicamente el jugador principal artífice de evitar los goles.
Además la diferencia que existe entre las ganancias de unos y otros no son marginales, sino que son de muchos millones de dólares. Quitando del ranking a David Beckham, debido a que se encuentra retirado del futbol profesional, el futbolista mejor pagado del orbe es el portugués Cristiano Ronaldo, quien percibe 44 millones de dólares al año; mientras que el defensor con el sueldo más jugoso, John Terry del Chelsea, recibe ‘únicamente’ 18 millones de dólares, es decir menos de la mitad de lo que percibe por temporada el luso.
Siendo así queda claro que en mi próxima vida cada vez que me pregunten “¿en qué posición juegas?” mi respuesta será invariablemente: “delantero”.