La Ciudad de México enfrenta un dilema creciente en su desarrollo urbano: la necesidad de decidir entre densificación y expansión hacia la periferia. Con una población en constante aumento y una demanda urgente de vivienda asequible, las autoridades deben evaluar cómo abordar estos desafíos de manera efectiva.
La densificación implica aprovechar los espacios existentes en el centro de la ciudad, lo que podría ayudar a reducir el uso del automóvil y fomentar el transporte público. Sin embargo, este enfoque también plantea problemas, como la insuficiencia de infraestructura y servicios públicos, así como el riesgo de deterioro de la calidad de vida en áreas densamente pobladas.
Por otro lado, la expansión hacia la periferia se presenta como una solución que permitiría el desarrollo de nuevas viviendas más asequibles y la creación de infraestructura básica. Sin embargo, esta opción también conlleva desafíos, como el aumento del uso del automóvil y la posibilidad de crear “ciudades dormitorio”, donde los residentes deben desplazarse largas distancias para trabajar.
El desafío radica en encontrar un equilibrio entre ambos enfoques. Es crucial implementar políticas que fomenten una densificación responsable, mejoren la infraestructura y los servicios públicos, y consideren opciones de expansión sostenible en la periferia. Solo a través de una planificación urbana integral y la participación ciudadana se podrá construir una ciudad más equitativa y habitable para todos.
Bajo ese contexto, Jorge Combe, CEO de DD360 y Monopolio.com.mx, aporta una visión experta sobre esta compleja problemática y que llena de retos al sector inmobiliario de México.
Combe destaca que “si bien la densificación es una solución viable para atender la demanda de vivienda y reducir los tiempos de traslado, es fundamental considerar la calidad de vida de los habitantes. La creación de grandes desarrollos inmobiliarios puede generar problemas de convivencia y saturación de servicios si no se planifica adecuadamente, sin embargo, al hacerlo de manera correcta es de gran beneficio para las urbes”.
Una de las primeras complicaciones que se tienen es la producción de vivienda, desde la década de los noventa hasta el 2017 aproximadamente se generaban alrededor de 25 mil viviendas anuales, en los últimos años esta protección se redujo significativamente en un 60 por ciento.
El experto señala que la falta de vivienda en la Ciudad de México se debe a diversos factores, entre los que destacan las restricciones gubernamentales, entre los trámites burocráticos y las regulaciones excesivas encarecen y alargan los procesos de construcción superando los 10 años. En otro contexto, comentó que los incremento en los costos de construcción, principalmente en los precios de los materiales como el cemento y acero, que prácticamente subieron entre el 50 y 70%, y la tierra, ha generado un encarecimiento de la vivienda. Por último, la falta de visión de ciudad ante la ausencia de una planeación urbana integral, dificulta la implementación de políticas efectivas para promover la densificación.
Existen una serie de soluciones para fomentar la densificación de manera sostenible en las principales ciudades pero específicamente en la CDMX. “Agilizar trámites, simplificar los procesos administrativos para reducir los tiempos de construcción es fundamental, así como la flexibilización de las normas que permitan una mayor densificación. La inversión en infraestructura, llámese transporte público o servicios en zonas densas garantizan una buena calidad de vida” comentó el directivo de monopolio.com.mx.
El CEO de DD360 y Monopolio.com.mx enfatiza la importancia de considerar el largo plazo al tomar decisiones sobre el desarrollo urbano. La densificación, si se realiza de manera adecuada, puede contribuir a la creación de comunidades más eficientes y sostenibles, además de generar mayor plusvalía para los propietarios.
La densificación es una estrategia clave para hacer frente a la demanda de vivienda en la Ciudad de México. Sin embargo, es necesario implementar políticas públicas que promuevan un desarrollo urbano equilibrado y sostenible, que considere tanto las necesidades de los habitantes como las características del entorno.