En sus primeras versiones lograron ser incluyentes, los medios de todo tipo podĆan participar en el evento y realizar preguntas. Pero pasadas las semanas el ejercicio de comunicación pasó a la propaganda y a espacios para doblegar a los opositores.
En ese momento se perdió el rumbo y empezó el desgaste del formato de comunicación del gobierno federal. Aun asĆ el ejercicio rebasa por mucho las audiencias de otros paĆses, tan es asĆ que seguramente el Presidente de Argentina sintió su paso por la āmaƱaneraā como salir en la versión mexicana de Oprah. A la maƱanera nacieron apĆ©ndices con el COVID, la actualización diaria de casos de López-Gatell llegó a versiones matutinas y vespertinas con errores de producción y sin mayor contenido pero lograron captar la atención de pĆŗblico y de los medios.
A la fecha la maƱanera es fuente de medios de comunicación y varios siguen el proceso de publicar notas sobre los comentarios del presidente, no obstante el efecto comienza a mostrar seƱales de fatiga. En consecuencia la maƱanera se ha convertido en fuente de mensajes contrarios al presidente como sucedió con la lĆnea 12 del metro y el comentario de āal carajoā. El reto de la presidencia serĆ” crear un modelo de comunicación que no cause problemas al presiente como sucedió en las dos primeras contiendas presidenciales en las que fueron sus propios dichos los que se usaron como municiones para los ganadores de la contienda. El camino ha sido recorrido por otros presidentes con el mismo formato, Trump el mĆ”s famoso. ArgumentarĆa que Biden no ganó la contienda, fue Trump, quien la perdió lentamente a travĆ©s de varias conferencias de prensa. Erróneamente se ha medido la aceptación de mandato del presidente como seƱal del Ć©xito de las maƱaneras, argumentarĆa que la diminución en la aceptación es reflejo de sus mensajes durante estos eventos. El mĆ”ximo examen serĆ” durante la elección de medio mandato, sumamente importante para el paĆs. TambiĆ©n comprobarĆ”n a nivel mundial la fórmula de comunicación masiva digital impuesta por varios presidentes en los Ćŗltimos aƱos.
Donald Trump pagó con la presidencia los excesos en la comunicación de su presidencia, no necesariamente por falta de apoyo de su base de votantes pero por la creación de innumerables oportunidades de ser atacado. Lo mismo podrĆa pasar a AMLO, cada disparate o falta de precisión le regresarĆ” 10 veces. La furia de los Memes vivida por Enrique PeƱa Nieto es prueba de ello, mĆ”s grave durante los Ćŗltimos tres aƱos de su gobierno, no habĆa mensaje que fuera bien recibido de su parte. AMLO ha subestimado el monstruo de comunicación creado por el mismo, la maƱanera es como un medio de comunicación por si mismo, la cancelación del evento podrĆa ser vista como un retroceso de las criticas, por otro lado, aumentar su frecuencia o duración sólo crearĆ” mas problemas.
El mejor escenario para AMLO es que las maƱaneras pierdan audiencia, sólo asĆ podrĆa lentamente recobrar control del mensaje. La estrategia de pausar y pensar muy bien sus palabras ha funcionado hasta el momento pero de manera probable perderĆ” el control y confirmarĆ” en la población cualquier miedo que la oposición decida promover. El argumento central es que el presidente ha promovido la idea de total transparencia y que durante la maƱanera dice ālo que piensaā, lo que sólo agrava la situación.
El argumento central de sus promotores serÔ que el mensaje de las mañaneras es para su público y que a través de ellas se comunica con su base. Eso es un anÔlisis erróneo y simplificado, el ejercicio de comunicación desgasta, hablar diariamente sólo sube la probabilidad de ofender a los interlocutores. Apostar al olvido de la población también es un error, las redes sociales no dejarÔn que suceda y la evidencia quedarÔ en sus videos de YouTube.
El dicho dice, āDios nos ha dado dos oĆdos y una boca por una razónā al final todos somos rehenes de nuestras palabras y tarde o temprano regresarĆ”n por nosotros.