España atraviesa ahora por momentos de rispidez política después de que el resultado de las recientes elecciones municipales dieron el triunfo al Partido Popular que tiene ahora momentos estelares después de pasar por horas bajas hace unos años ante la esfera política por un escándalo que puso en balanza su credibilidad.
Ahora, el partido conservador, liderado por Alberto Núñez Feijoó, goza de buena salud y ha recuperado a sus electores y a unos pocos más, mismos que le llevaron a tomar la delantera en la carrera por la sucesión de Pedro Sánchez, el actual habitante de la Moncloa, que en una jugada de tablero de la mercadotecnia electoral, ha adelantado las elecciones generales para este mismo verano, seleccionando el 23 de julio como el día D para las votaciones.
A Sánchez no le quedó más opción que realizar este movimiento para evitar que:
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Los partidos se organicen para preparar sus estrategias y a sus candidatos.
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Tomar al electorado en pleno verano vacacional lo cual impide un voto masivo.
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Protegerse de sus propios correligionarios que ya no le ven como el gran líder; el PSOE se desdibujó y la alianza con Podemos, para formar gobierno, lo terminó debilitando.
En independencia del desarrollo de los anteriores escenarios Pedro Sánchez, en un acto kamikase y seguramente asesorado por su war room que antes lideraba Iván Redondo, sacó la espada para retar a su oponente a una serie de debates ( seis en total) para tratar de arrinconar y arrebatarle el momentum a Feijoó quien consiguió, como comentábamos, el triunfo para su partido ( Partido Popular) en la pasada elección.
Las campañas son un juego de ajedrez en donde cada movimiento está calculado; no puedes perder la figura del rey por un alfil mal colocado y cada contendiente tiene que pensar las jugadas mirando su propio reloj y anticipando lo que hará el rival. Las campañas, las buenas campañas ( hay muchas malas), son aquellas en donde el war room estudia a fondo a los oponentes para sugerir la ruta ganadora y logran una real conexión con los ciudadanos.
En el caso de España, la elección del próximo 23 de julio, será un referéndum con una sola pregunta: ¿ Pedro Sánchez SI ó Pedro Sánchez NO?
El actual presidente de gobierno, conocedor de su realidad política, propuso los mencionados debates ( antes los desestimó pues no los necesitaba), para poner la agenda de la campaña e intentar verse en las pantallas de televisión más elocuente que Feijoó esperando un milagro que le permita sobrevivir.
Un dato que apunta a selectividad. *Sánchez al invitar solo a un cara a cara ( debate) a Feijoó, deja de lado y desestima a todo el espectro partidario español como Vox, Podemos y Sumar; este acto coloca de nuevo a Sánchez como el político solista, o tal vez como lo apunta Yolanda Díaz, socia de Sánchez que lo define de esta modo: ¨La última ocurrencia de Pedro sirve para evidenciar su creciente soledad¨.
Los debates llegaron para quedarse dentro del marketing electoral y son necesarios para contrastar las ideas de los candidatos aunque no siempre sumen votos al final.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.