El temor al coronavirus ha terminado por cobrarse otra víctima más, el Mobile World Congress (MWC) que se iba a celebrar en Barcelona, España, ha quedado suspendido por sus organizadores este miércoles.
La decisión de la GSMA, que es la asociación de operadores encargada del evento, decidió este miércoles ha tenido que tomar esta decisión ante las numerosas cancelaciones de grandes empresas asistentes.
La decisión
En una reunión de emergencia el consejo de la GSMA pautó a sus 26 miembros que son las grandes teleoperadoras a nivel mundial para tomar una decisión.
El resultado se dio a conocer tras seis horas reunidos y tal como ya mucho vaticinaban, se trataba de la cancelación del congreso que se iba a llevar a cabo entre el 24 y el 27 de febrero.
En el comunicado se podía leer “El GSMA ha decidido cancelar el MWC20 por la preocupación global que ha generado el brote del coronavirus, viajar y otras circunstancias que hacen imposible que se pueda continuar con el evento”.
Las deserciones
Ya eran muchas las cancelaciones que comenzaron la semana pasada con LG y siguieron con Sony, Ericsson, TCL, Nokia, Cisco, HMD, Intel, AT&T, Sprint, Facebook y Mcafee entre muchas otras de menor tamaño.
Pero han sido las de las teleoperadoras europeas Vodafone, Deutsche Telekom y BT (que además son parte del GSMA), las que han terminado de decidir el destino de este evento al tomar la decisión de retirarse este miércoles.
Medidas insuficientes
A pesar de no existir un alerta sanitario en Barcelona, tal como lo ha reconocido la OMS, el temor al coronavirus –dada la naturaleza del evento, la cantidad de asistentes y procedencia de muchos de ellos– ha logrado que pese a las medidas anunciadas, no se lleve a cabo el MWC.
No han bastado los esfuerzos de los organizadores con anuncios de reforzamiento de las medidas sanitarias ni las prohibiciones de asistencia a quienes hubiesen estado en China en febrero. Muchas empresas se han decantado por mantenerse al margen con las consecuencias que ahora se conocerán.
Los costes
Entre las consecuencias de la cancelación, el coste económico es uno de los mayores reveses. Se estima que son cerca de 500 millones de euros los que se dejaran de ingresar por todo lo relacionado con el evento desde alquileres de stands y entradas hasta hoteles y transporte.
¿Quién paga?
Tras la decisión, y según cada caso, queda ahora por verse a quien corresponde pagar o dejar de pagar los distintos gastos generados.
Las epidemias –y en este caso en Barcelona además tampoco la hay– no están cubiertas por los seguros. Por ello en principio los costes de quienes han tomado la decisión de no asistir deben ser asumidos por cada empresa.
Mientras que por ahora falta por conocer quién indemnizará a las que no se retiraron y tenían todo listo para el congreso.
Se espera una rueda de prensa conjunta este jueves, que ofrecerán la GSMA y las autoridades catalanas, para dar a conocer mayores detalles de esta cancelación.