Sin duda, una de las formas de entretenimiento que no paran de crecer en los últimos años es la de la música por streaming, pero aunque el formato cambia, hay hábitos que no, pues de acuerdo con un reciente reporte el 40 por ciento de los usuarios que consumen música, lo hace mediante la piratería.
Es un hecho que los hábitos y gustos de consumo están cambiando de manera importante, uno de los principales factores es el cambio generacional tanto en los grupos poblacionales como en la tecnología y, la industria de la música no es la excepción.
Sin embargo, lo hábitos considerados malos también se adaptan y, hoy, los usuarios han encontrado la forma de consumir música digital evadiendo las regulaciones, según señala entre sus conclusiones el último reporte de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés).
Según el documento ‘Connecting with Music’, la infracción de los derechos de autor sigue siendo un problema importante en la industria de la música, ya que se encontró que el 40 por ciento de los consumidores accede a la música sin licencia, incluyendo el 35 que promueve el stream ripping.
El stream ripping, es una forma de piratear música que se basa en encontrar la fuente original desde donde se transmite el contenido en streaming para hacer una copia mediante un programa. Esto finalmente es posible gracias a plataformas como Spotify, Apple Music, Tidal, SoundCloud.
Naturalmente las compañías de servicios streaming de música no lo promueven y mucho menos lo permiten, por lo que ellas también resultan afectadas con este tipo de prácticas -sin olvidar a los principales afectados como las discurras y los autores-. Sin embargo, Google y YouTube siguen siendo la principal fuente para buscar sitios que permitan este tipo de métodos.
Según el reporte de la IFPI, llama la atención que del 40 por ciento que consume música de forma ilegal, el 53 por ciento tiene entre 16 y 24 años de edad, es decir Millennials y generación Z.
El problema es importante si se considera que el consumo ilegal se traduce en ganancias no obtenidas por parte de las discurras y artistas, pues de ser legales se incrementaría la participación del la música streaming en las ventas a nivel mundial, que actualmente ya representa más de 15 mi 700 millones de dólares, tres veces más que las generadas por la venta de CD.