- Durante la pandemia el consumidor ha registrado numerosos cambios, primero tras ser confinao, luego en la era post confinamiento y ahora en la post vacuna
- Si algo tienen en común estos cambios es que se ha vuelto más cauteloso y desconfiado acerca de lo que compra y cómo y dónde lo hace.
- Ahora en la era post vacuna, las expectativa también han cambiado
Durante esta emergencia sanitaria, muchos han sido los cambios que el consumidor ha reportado, en primera instancia, ante la incertidumbre de lo que la pandemia traería consigo se volvió más cauteloso, decidió guardar y administrar de una mejor manera sus recursos por lo que la baja en ventas fue notable. Luego durante el post confinamiento, se mostró un poco más confiado, sin que ello significara que volviera a sus hábitos pre pandemia y ahora, ante el nuevo paradigma que dicta la post vacuna, nuevas exigencias se avecinan.
El proceso de vacunación, la ola de contagios y la pérdida de libertad tal y como la conocíamos está empeorando el estado de ánimo de los ciudadanos, como señala el 50 por ciento de los investigados, siendo este último aspecto el que más crece respecto al último estudio (octubre de 2020), 14 puntos más. Junto a ello, el impacto a la economía (73 por ciento) y la salud de sus familiares (61 por ciento), son las principales preocupaciones de los españoles, según el estudio Future Consumer Index, pero se puede aplicar a cualquier consumidor en el mercado.
Nuevo perfil del consumidor en la post vacuna
Con este entorno de incertidumbre, la intención de aumentar el ahorro sigue creciendo entre los ciudadanos (+5 puntos), mientras que un 42 por ciento asegura que sus ingresos siguen disminuyendo y un 73 no considera que no cree que estos mejoren en los próximos 12 meses. El consumidor no sólo consume más en casa, sino que también comienza a construir su estilo de vida en torno a su hogar.
Vuelta a la normalidad, aún lejos
La vacunación de la población sigue siendo un pilar para la recuperación de la normalidad y el consumidor tiene claro que solo un alto porcentaje de inmunizados provocaría que la COVID-19 dejara de impactar en su vida.
El 42 por ciento de los entrevistados considera que tardaremos entre uno o dos años en eliminar completamente el miedo al coronavirus, frente a un 31 por ciento que lo sitúan en menos de 12 meses. Acerca de la confianza de la vacuna, el 76 por ciento está dispuesto a vacunarse mientras que un 14 por ciento prefiere esperar a que haya un mayor volumen de población inmune y ver “posibles reacciones”. El 5 por ciento está indeciso y el 6 no planea vacunarse.
Al posible certificado de vacunación, seis de cada 10 se muestra favorable para ir en avión o crucero, así como también ir a espectáculos, peluquerías o gimnasios. Aquellas actividades que la distancia social es difícil de conseguir, es donde el usuarios se siente más incómodo. También desciende el nivel de comodidad en seis puntos en actividades como ir a supermercados o tiendas de comestible. Lo positivo, mejora la sensación a la hora de ir al trabajo o al colegio.
Consumidor más responsable y digital
Los consumidores están reduciendo sus visitas a espacios físicos, aumentando su uso de los canales digitales, lo que desciende el gasto en productos no esenciales (moda, cosmética) o incluso optando por marcas locales o de proximidad.
Un consumidor más concienciado, responsable y preocupado por su salud física y mental, prestando más atención a cuestiones como la alimentación, tiempo de calidad, impacto social y preocupación por el medio ambiente. En este nuevo contexto, el ciudadano es más “precavido y ahorrador”.
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