Por Alvaro Rattinger
twitter @varu28
Mi primera columna del año trata sobre las adicciones, no a sustancias prohibidas, más bien a nuestra tecnología. Para un servidor es difícil pensar en salir de casa sin mi teléfono móvil, me siento sin protección. No soy el único, sólo basta ver a mi alrededor para notar que la mayoría de los consumidores piensa igual, en especial en el segmento de 18 a 25 años.
Las estadísticas no mienten, un estudio reciente de Cisco cita que la rutina por la mañana de un consumidor promedio incluye en 90% de los casos revisar tu teléfono inteligente. El mismo estudio detalla que el 50% de la Generación Y utiliza su smartphone durante la comida. Este último dato es el que más preocupa quién escribe esta columna. Se ha vuelto imposible tener una reunión para comer sin que suene un teléfono o que uno u otro integrante revise sus mensajes. Todavía más perturba la costumbre de tomar fotografías antes de probar el plato, una demostración más de que comemos con los ojos y de manera social.
La pregunta obligada es que cambios tendrá el marketing mundial a partir de esta franca adicción. La primera y más evidente será la transportación de contenido a la plataforma móvil. Las marcas deberán crear video, sitios y aplicaciones que entreguen un mensaje optimizado para los smartphones actuales. Les anticipo que pronto veremos acciones en las principales Naciones del mundo por controlar esta adicción, en especial durante la conducción de vehículos. En el mismo estudio se observa que el 20% de la generación Y declara que utiliza el teléfono mientras maneja, un efecto negativo sin duda.
Este cambio en los hábitos del consumidor es clave. Al tener la información siempre a la mano se desvanece la oportunidad de vender al consumidor productos con márgenes de utilidad por encima del mercado. Hoy podemos buscar cualquier producto y compararlo al momento, ya sea en el punto de venta o en casa. Nuestra obsesión con estos aparatos es tal que la mayoría de nosotros la usa en la cama, el trabajo o con amigos. Las marcas no tienen escapatoria tienen que buscar al consumidor en su móvil.
