El ambiente. Visitar la Ciudad capital, no hace más que dejarnos claro el tamaño de país en el que habitamos, un territorio que contiene casi todo lo posible, resulta fútil narrar sobre de algo que no contenga este mapa, fronteras extensas al norte, dos países al sur, costas bañadas por océanos, golfos, apéndices de tierra que logran sin duda, una estética sobresaliente en cada mapamundi que se imprime; todo esto condensado en la tambaleante ciudad de México.

La atmósfera. Un par de auditorios repletos de murmullos, dos espacios en los que no había permiso para el silencio, la invitación tácita de los ponentes a participar respecto de cada tema expuesto en el escenario. Sentarte al lado de algunas de las futuras mentes creativas de nuestro país, estar en un lugar en el cual cronológicamente ya no perteneces, escuchar voces de quienes para mí son la única hoja en blanco probable, sí, las ideas de los jóvenes asistentes a cada conferencia, existen pocos espacios como el que la revista MERCA2.0  fabricó en estos dos días al sur de la ciudad.

El protagonista. La innovación, que poco se suscribió textualmente en los panelistas, fue en mi opinión quien se llevó los blasones del evento; en muchos de los participantes libreta en mano se percibía este aroma inherente a lo nuevo e inédito. Precisamente a esto huele la innovación, huele a no saber, y aderezar esta carencia con la inquietud de poseer lo ajeno a través de cada expositor.

El hilo conductor. Cada enunciado, en cada una de las muchas tertulias dentro y fuera de los salones, en cada conversación de los asistentes se motorizó la narrativa de este congreso 2022; el vigor de cada boca traduciendo y decodificando lo atendido en cada conferencia se distinguió como el principal activo intangible de este evento.

El conflicto. Decidir a quién escuchar, la cantidad de historias dentro de la historia del congreso, el reto de reunirnos como una aparente primera vez después de la pandemia, la idea de esta etapa postpandemia. ¿En qué lugar estamos parados? Y no hablo del espacio físico, sino de lo que se conoce como “Timing”, un concepto que no tiene traducción exacta al castellano, el diagnóstico no enunciativo de los panelistas tendrá que ver con la incertidumbre, no, de saber hacia dónde nos dirigimos, sino de comprender el real efecto de la pandemia en el mundo y por supuesto en este país.

Conclusión. Esperemos se respete el paradigma del viaje del héroe, en este caso la innovación como protagonista de esta narrativa seguramente emergerá como en la mayoría de las ficciones, y tenderá una red, que si bien no será de salvamento, al menos  brindará la posibilidad de anclarse a ella, para navegar con algunos de los que mejor entienden de esto.