Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer el primer Módulo de Movilidad Social Intergeneracional en México, dentro del que reveló que el color de piel de las personas es un factor que determina el bienestar así como la posición social a la que pueden acceder.
Dentro del estudio se indicó que la población con una tez más clara de piel presenta más oportunidades para obtener empleos mejor remunerados y puestos directivos más altos, en contraparte, los ciudadanos con una tonalidad de piel morena no logran posicionarse en cargos de mejor calidad, además de que el salario que perciben no es más bajo.
Prueba de ello es que, de acuerdo con lo reportado por el instituto, el 27. por ciento de los sujetos con el color de piel más clara ocupan puestos de dirección, jefes, profesionistas y técnicos, al tiempo que el 13.9 por ciento en los grupos con piel más oscura se colocó en una posición gerencial.
Asimismo se detalló que el 15.5 por ciento de las personas que se identificaron en tonos más oscuros no cuentan con alguna clase de estudios, en cambio la población con el color de piel más clara, tienen porcentajes más altos en cuanto al nivel educativo.
De tal modo que Adrián Santuario, físico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó una muestra similar en la clase política mexicana, la diferencia en su estudio es que no pidió a los funcionarios que se identificaran en una escala cromática como lo hizo el Inegi, sino que, con base en las fotos de los diputados disponibles en internet.
El resultado de la prueba es que en la mayoría de los representantes de los diversos partidos políticos tienen el color de piel clara, basados en el catálogo de colores de Pantone.
En palabras del autor, quien fue entrevistado por Verne, “Creo que se pude confirmar lo que dice el Inegi, pero también me sorprendió que en el PAN (Partido Acción Nacional), por ejemplo hay más variedad de colores, pensé habría más güeros; también note que en el PRI (Partido Revolucionario Institucional) también hay un poco de todo”.
Santuario indicó que este experimento denota un “blanqueamiento” de la clase política; por lo que la premisa del Instituto adquiere validez, supone entonces que los aspirantes a un cargo público no se eligen acorde a su capacidad sino al color de su piel.