Sabemos que los chiefs executive officer (CEO) hoy cumplen funciones más allá de la dirección, también son la primera imagen que refleja la marca tanto al interior como al exterior y, una equivocación puede costar mucho. El caso de Brian Krzanich en Intel es el mejor ejemplo.
Y, es que actualmente los CEO además de dirigir, tienen funciones de embajadores, ya que las relaciones públicas que hacen a través de los medios de comunicación y redes sociales se han convertido en fortalezas y debilidades de las firmas que encabezan. También son los primeros que proyectan compromiso, lealtad y respeto por los valores de la marca al interior de la compañía.
Esto es precisamente es lo que quiere proyectar Intel tanto a sus empleados como hacia el mundo. Este jueves se dio a conocer que el director ejecutivo Brian Krzanich, presentó su renuncia con carácter de inmediato tras darse a conocer que sostuvo una relación con una persona de la compañía.
De acuerdo con diversas fuentes en Estados Unidos, su dimisión fue aceptada tras concluirse una investigación interna por parte de abogados que confirmó “una violación de la política de no fraternización de Intel, que se aplica a todos los gerentes”.
La razón, de acuerdo con un comunicado, fue para mostrar “que todos los empleados respetarán los valores de Intel y se adherirán al código de conducta de la compañía”.
El asunto con Krzanich no pasa por si es malo o bueno sostener una relación con alguien del mismo trabajo, el problema es que está tipificado por los reglamentos de Intel, por lo que quebrantó una regla que aceptó cuando tomó el cargo, al final una decisión personal terminó afectando su vida profesional.
No podemos decir que es una equivocación, pero tal vez no fue la decisión más acertada considerando que él estaba al frente de una de las compañías más valiosas del mundo (28 mil 316 millones de dólares, de acuerdo con el 2018 BrandZ Top 100 Global Brands).
Y que su principal misión fue la de llevar a Intel a una nueva etapa, más allá de las computadoras, donde fue líder durante mucho años pero que es un mercado que comienza a perder proyección, por lo que la mira de la tecnológica está puesta hacia los negocios en la nube, la inteligencia artificial, wearables y el Internet of Things.