Todo estaba listo: el padrón, las mesas receptoras para votar, el domingo soleado, los múltiples llamados del presidente, la organización del INE, miles de voluntarios y los 500 millones de pesos que costó, sin embargo, sólo 7.11 por ciento del total del padrón electoral participó en la consulta del pasado domingo para determinar si los presidentes tienen o no que ser enjuiciados, en total, cerca de 6.6 millones de personas.
Fue un mal domingo para el obradorismo y sólo hay una respuesta: el cencerro del presidente dejó de ser escuchado. López Obrador abusó de su arrastre masivo y sus feligreses se cansaron, se hicieron los sordos, ya no creen en sus promesas o en el fondo la realidad es que difícilmente un ex presidente será enjuiciado.
Sin embargo, el presidente ganó, al menos algo, a partir de ahora responsabilizará a todos los ex presidentes por sus fracasos, siempre lo ha hecho, pero ahora con legitimidad pues “ya la ciudadania avaló que deben ser enjuiciados”, los supuestos delitos no son importantes lo importante es la oportunidad de seguir culpando a sus antecesores.
Miles, quizá millones de personas ni siquiera se enteraron de la consulta y así ocurre con otros temas que difunde sin parar el presidente en su mañanera, los mensajes se diluyen entre las palabrerías de él y de los miembros del gabinete y es que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe.
La estrategia es tan mala que le preguntó ¿hace cuánto tiempo que no escucha al presidente más allá de lo que decide editar el noticiero de la noche?, no sólo su mensaje ha dejado de ser influyente, su presencia también, AMLO ya no es el mismo, la presidencia, las recurrentes mentiras y sobre todo la gran decepción de los mexicanos hacia sus políticas lo han alejado de las mesas de conversación.
Es cierto, tampoco en la oposición existe una figura política importante y eso minimiza un poco la pérdida de popularidad del presidente, aunque su brillo ya no es el mismo no hay nadie que lo opaque.
Morena es un solo personaje: López Obrador y si él cae, todos caen. Las figuras del partido, aunque con potencial, aún son incipientes como Claudia Sheinbaum que avanza en la ciudad de manera lenta, sobre todo después de la pérdida de la mitad de las alcaldías en las pasadas elecciones o Marcelo Ebrard que políticamente perdió con el incidente de la línea 12 del metro que dejó 26 personas muertas.
Dirán que el presidente ganó al realizar la primera consulta constitucional pero no, la realidad es que lejos de celebrar su equipo y él mismo cada vez se ven más desesperanzados con ganas de que todo termine y poder irse al caer el sol, en el
mejor de los casos como héroe de película western en el peor como el villano que arruinó al país.
El pez puede morir por su propia boca. Quizá esta consulta no fue popular, pero qué hay de la que todo el mundo espera la de la revocación del mandato, probablemente a ella sí acuda en masa a votar la ciudadanía y el resultado sea contrario al presidente, entonces el maestro caerá con su propia creación.