Si vienes acá pensando en la definición de capital social tradicional, este no es el lugar para aprender más sobre ello, hoy les voy a hablar de todo aquello que fortuita o premeditadamente vamos construyendo o destruyendo, gracias a nuestro desenvolvimiento en la sociedad.
Si buscan la definición en Google, lo primero que encontrarán serán resultados como:
Nombre masculino
Dinero y conjunto de bienes convertibles en él que posee una persona.
“el capital de una empresa”
Capital social
Capital que los socios de una sociedad aportan a esta para desarrollar su actividad comercial. *De Oxford language
Pero si se ponen a buscar más, quizás encuentren algo más cercano de lo que hoy les quiero hablar, como esta definición de Alberdi y Pérez:
“Conjunto de normas, redes y organizaciones construidas sobre relaciones de confianza y reciprocidad, que contribuyen a la cohesión, el desarrollo y el bienestar de la sociedad, así como a la capacidad de sus miembros para actuar y satisfacer sus necesidades de forma coordinada en beneficio mutuo”.
Yo le llamo, pulir un imán, o más bien pulirte y forjarte como un imán positivo. ¿Cómo vas forjando relaciones de una forma auténtica, fuerte y duradera para que en algún momento te puedan rendir frutos? Si bien, la idea no es necesariamente hacerlo para lograr ese cometido, sino hacerlo con tal gracia y autenticidad que pueda resultar orgánico o natural jugar esa o esas cartas cuando lo consideres oportuno o muy necesario. Yo creo que las mejores oportunidades ni siquiera las buscas directamente, sino que te buscan por lo bien que construiste ese capital social.
Recuerden que estamos hablando de un tema poco tangible, pero fundamental para la trascendencia y apertura de posibilidades. Al capital social lo constituyen elementos como los recursos sociales, que se generan gracias a esas relaciones y la capacidad de mantenerlas y nutrirlas correctamente. Todo esto ayuda para tener mejores capacidades de accesibilidad, o sea poder estar cercano a círculos que puedan abrirte puertas, que te ayuden a conseguir tus objetivos y necesidades. Además estos assets también pueden ser determinantes para coordinar acciones de cooperación y beneficio mutuo.
Regresemos al ejemplo del imán, todo lo que vayas construyendo, a todas las personas que vas conociendo y manteniendo el contacto, a todos a los que has conocido por el estudio, deporte, club social, grupo religioso, club de lectura o a quiénes has ayudado sin vacilar; en fin, todas personas a las que has conocido y has forjado una relación, van constituyendo ese capital social que es como un gran imán, que si lo haces bien, verás cómo regresan siempre buenas cosas, si es que lo hiciste bien.
Pero entonces, ¿quiénes lo forman?
- Primero que nada tu familia. Todos los que tengan un parentesco deberían ser tu capital social más fuerte y el que más podrías explotar, hermanos, padres, tíos, abuelos, primos segundos, terceros o a aquellos que les dices tíos o primos sin que necesariamente lo sean.
- Redes comunitarias, organizaciones, todos aquellos lugares donde has hecho compañeros, amigos, que los ha unido un gusto o convicción en común y que te hicieron conocer a muchas personas, a algunos más a fondo, pero que sabes que podrían tenerte en buen concepto.
- Compañeros, clientes, proveedores o colegas que hiciste-conociste en el modelo profesional, todos aquellos que se llevaron una buena impresión de ti, pueden ser siempre tus mejores recomendadores.
En fin, no me quiero meter mucho a la teoría pero si te metes a investigar más encontrarás que esto se genera y vincula por medio de las normas sociales y derechos aceptados, así como los vínculos de confianza social; en lo particular me gusta decir que funciona siempre mucho, ser coherente, generar confianza y pegar en el ego, pero sobre todo ser recíproco y que se sienta un ganar-ganar. Siempre he creído que es importante fomentar las relaciones, buscar la forma de mantener contacto, ser el que organice los eventos, las reuniones y las iniciativas. No está de más pegar en el ego sin ser barbero pero ser cuidadoso con ello.
Por último, es importante recalcar, que hay a quienes no les gusta mucho hacer esto, cosechar y cultivar relaciones, darles su importancia, regarlas, que maduren y luego recoger los frutos. Lo que sí es cierto, es que la gente con poco o nulo capital social, tienen menos posibilidades de lograr ciertos objetivos y resultados, ya que tienen menos recursos a barajear.
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Arturo Ortiz, CEO Birth Group
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