El cambio climático es un tema que por muchos años se ha mantenido como una de las principales preocupaciones para la mayoría de los gobiernos alrededor del mundo. Día con día son más y de mayor tamaño las organizaciones no gubernamentales que nacen bajo la premisa de contribuir a frenar estas afectaciones para el medio ambiente.
El consumidor no es ajeno a esta preocupación. Durante 2008, los resultados de un estudio firmado por Havas Media hacía eco de como esta problemática ambiental tenia impactos en los hábitos y tendencias de consumo.
La investigación apuntaba que el 79 por ciento de los consumidores preferían comprar productos de empresas comprometidas con reducir su impacto en el medio ambiente, mientras que el 74 por ciento de los mismos se decía capacitado para contribuir activamente en la lucha contra el cambio climático.
Casi una década más tarde, estas intenciones se materializan en la conformación de nuevos modelos económicos que si bien premian en primera instancia la inmediatez y practicidad, muestran que hoy las personas están dispuestas a pagar más por un producto o servicio que, desde todas las aristas, permitan aprovechar los recursos disponibles al máximo.