Un ejemplo claro para explicar cómo a través de consensos y acuerdos funcionan mejor los países, las empresas internacionales y asociaciones no gubernamentales, nos lo proporciona la Unión Europea, que aún y cuando tuvo el episodio del Brexit Inglés, nos ha dado una muestra de que el cabildeo funciona.
¿Cómo llegar a acuerdos benéficos para las partes que negocian un acuerdo?
Primero entender que la negociación es una actividad humana y como tal deben considerarse necesidades más que deseos. Estructurar un plan en donde se dibujen los factores de éxito, pero también los inconvenientes de éste. Analizar adecuadamente a los tomadores de decisiones involucrados en nuestro proyecto y finalmente colocar en la mesa de discusión los acuerdos en donde las partes negociadoras puedan obtener un acuerdo en la categoría Premium: ganar- ganar.
Tomemos en esta ocasión el caso de la migración en América Latina, política pública que para el gobierno de Joe Biden, ES UNA PRIORIDAD, y en donde el objetivo de EUA sigue siendo reducir el flujo irregular de personas que entran a su país.
Donald Trump en el pasado reciente, intentó intervenir en el tema lanzando amenazas y diseñando severas medidas, en tanto Biden, se enfoca en la política migratoria abordando sus causas en Centroamérica, plataforma principal de lanzamiento de braceros identificando que la pobreza, la corrupción y la violencia en la zona son las razones del éxodo.
Algunos analistas observan que Washington carece aún de una estrategia acabada y amplia hacia nuestro país que incluya iniciativas económicas, comerciales y sanitarias, y que a su vez tenga alcance hacia la zona centroamericana, aspecto en el que ya trabaja Kamala Harris la actual vicepresidenta americana.
Uno de estos especialistas que intentan lanzar audaces iniciativas sobre el tema es Richard Feinberg, profesor de la Universidad de California San Diego quien pide a los Estados Unidos, incluya a los países de la cuenca del Caribe en su plan económico doméstico, es decir hacer partícipe a estos países del presupuesto general estadounidense.
Esta iniciativa en términos de cabildeo sería un verdadero portento de negociación pues toma el problema de frente y de manera incluyente.
Imaginen los beneficios en aspectos de mejora de la infraestructura, digitalización, educación y entrenamiento laboral.
El gobierno de Biden apenas está comenzando y sabe que a la región latinoamericana no le están saliendo bien las cosas. La iniciativa no debe verse como un afán intervencionista sino más bien como una política de desarrollo regional y una propuesta que deberá cabildearse en los congresos de estos países.
Feinberg, considera que un programa de asistencia exterior de estas magnitudes pudiera considerar apoyos a los países del llamado triángulo del norte que incluye a Guatemala, Honduras y el Salvador, con apoyos de 4 mil millones de dólares en cuatro años.
¿Qué tenemos? Una interesante iniciativa que impacta en el desarrollo de la región centroamericana y del caribe tratando de crear riqueza y fomentar el trabajo evitando con ello el flujo migratorio irregular y la desintegración de las familias. El cabildeo y la comunicación entre los congresos es lo que sigue ahora.
Nos encontraremos más adelante.