La actriz porno Stormy Daniels saltó a los reflectores en Estados Unidos luego de que en 2006 sostuviera una relación con el presidente del vecino país del norte, Donald Trump, y que éste para silenciarla ofreció 130 mil dólares durante la campaña presidencial de 2016, en lo que se catalogó como “la mayor fusión de la pornografía y la política”.
Derivado de este hecho, Daniels emprendió una batalla legal en contra del mandatario, lo que la convirtió en un referente para la comunidad LGTB al menos en la zona de Los Ángeles ya que la actriz lidera el movimiento #RESIST.
Por tal motivo, el alcalde de la ciudad John Daniels entregó la noche del miércoles las llaves de la ciudad a Stephanie Clifford (nombre real de Stormy) junto con otros miembros del concejo municipal en una ceremonia dentro de una tienda erótica. “En estos tiempos políticamente tumultuosos, Daniels ha demostrado ser un ejemplo de valentía al levantarse a decir su verdad ante el poder, incluso bajo amenazas a su seguridad y a una intimidación extrema”, se lee en un comunicado.
Además de este hecho que le vuelve a dar una proyección mediática importante, se aprovechó el momento para lanzar una línea de ropa en la tienda ChiChiLaRue’s, bautizada de esta forma en reconocimiento al director porno e ícono drag, lugar que será sede del reconocimiento.
En momentos en los que se ha decidido levantar la voz en pro y defensa de los derechos de diversos sectores sociales, dentro de los que también se han señalado a múltiples involucrados en los diferentes sectores de todas las industrias; genera oportunidades de branding para los participantes de este movimiento, a favor y en contra de su propia reputación.
En Estados Unidos, la fortaleza de este tipo de movimientos se hace evidente cuando vemos como apenas sale una acusación, las marcas implicadas de inmediato se deslindan del afectado, mientras que la masa social se alía con quien reclama.