A comienzos de esta semana distintas compañías relacionadas con la energía dieron a conocer previsiones que advertían que el barril de crudo (Brent) alcanzaría los US$ 100 dólares a fin de 2018.
Ese dato encendió las alarmas en el mundo, ya que el valor del petróleo presiona el precio de las gasolinas y, con ella, aumentan la mayoría de los bienes transables.
Las advertencias culpaban a Donald Trump y a las restricciones que los Estados Unidos está imponiendo al comercio con Irán, justamente uno de los principales productores de crudo del mundo.
Los pronósticos alcistas fueron emitidos por los gigantes Mercuria Energy Group Ltd y Trafigura Group, y hasta algunos operadores llegaron a comprar contratos a futuro del Brent por encima de US$ 100.
Sin embargo, Goldman Sachs salió a echar paños fríos al asunto, diciendo que los problemas con Irán no serán suficientes como para lograr ese efecto, que haría falta otro catalizador para que los precios crezcan de esa manera tan pronunciada.
El banco prevé que el crudo Brent vuelva a situarse en un rango de 70 a 80 dólares a fines del año, publicó Bloomberg.
Esta misma semana, en tanto, la OPEP señaló que no producirá más petróleo del actual para compensar la merma de Irán, sino que trabajaría para satisfacer más eficientemente la demanda.
El grupo se enfrenta, además del problema de Irán, a la caída de la producción de Venezuela. Al mismo tiempo, el crecimiento de la producción de los Estados Unidos se desacelera por cuellos de botella en los oleoductos.
Las elecciones serán un freno
Según los analistas del Goldman, la producción de otros países de la OPEP y Rusia compensará las pérdidas de Irán. Además, cualquier gran salto en los precios antes de las elecciones en Estados Unidos probablemente obliguen a Trump a autorizar la utilización de las reservas estratégicas de ese país.
Irán es el quinto productor mundial de crudo, con algo más del 4%, sin embargo, el mayor problema es que se teme que las restricciones deriven en un conflicto en la zona y que se estrangule la salida del crudo del Golfo Pérsico.
De más está decir que el gran problema del aumento del crudo es el precio de los combustibles líquidos, que en la mayoría de los países está relacionado de forma directa. Según cada nación, la ecuación que da por resultado el valor de la gasolina sufre un severo cambio cuando el petróleo sube.