Uno de los grandes ciclistas latinoamericanos, Nairo Quintana, fue notificado en días pasados por la Unión Ciclista Internacional (UCI), acerca de su descalificación del pasado Tour de Francia al habérsele detectado rastros de tramadol en la sangre durante la competencia, a partir de dos muestras de sangre seca. La descalificación impacta en su carrera y en la de su equipo, al restársele la cosecha de puntos conseguida.
¿Qué es el tramadol? Un medicamento para el dolor que incrementa los niveles de dopamina modificando la manera en que el individuo responde ante las molestias, prohibido por el máximo órgano del ciclismo internacional.
Aunque las consecuencias directas de la falta no tienen mayor trascendencia por ser la primera ocasión en la que el ciclista la comete, ha tenido serias repercusiones en distintas áreas. Primero, ante el sorpresivo aviso, Nairo anunció no encontrarse listo para participar de la Vuelta a España que actualmente se lleva a cabo, priorizando así su proceso de defensa ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo. El padre de Nairo, Luis Quintana, ha acusado una animadversión por parte de quienes él llama “los europeos” (refiriéndose a los integrantes de la UCI), por el simple hecho de “ser colombianos”. El equipo de Nairo, el Arkéa Samsic, ha declarado que la decisión de no participar en la Vuelta a España se ha tomado en conjunto. El abogado de Nairo, también cargó contra la UCI manifestando la existencia de diversas inconsistencias en el proceso, acusando que el ciclista no fue notificado adecuadamente, no se le solicitó una prueba B, y no se demostró la adecuada cadena de custodia de sus muestras, ejecutando -sin mediar antecedente- la sanción directa. El alegato del abogado no concluye ahí, cargando también contra el equipo francés Arkéa, acusándolos de dejar al ciclista solo y guardar silencio cuando más los necesita.
Una lástima este bache por el que atraviesa Nairo, que esperemos venza con el mismo éxito y eficiencia con los que ha dejado a otros rivales tendidos al escalar la cuesta.