En tiempos de los grandes pintores clásicos, el autorretrato se convirtió en un género pictórico capaz de fungir como firma a las obras de los grandes artistas, un tanto como marca personal como un ejemplo del ego artístico. El siglo XXI se ha caracterizado por el papel fundamental del Self como eje del desarrollo social y asi el Selfie ha tomado auge, gracias al desarrollo tecnológico y accesibilidad de la cámara digital.
En el siglo XXI, ya había Selfies, como el del fotógrafo americano Robert Cornelius, quien como cuenta la historia produjo un daguerrotipo de si mismo hacia 1839. La aparición de la cámara portátil y un método simple que era usar un espejo permitió la realización de Selfies que desafiaban la incipiente tecnología fotográfica.
Recientemente en la ceremonia de entrega de los premios Oscar, al parecer en una acción diseñada previamente para aparentar una auto-fotografía espontánea, Ellen DeGeneres reunió a una docena de artistas en una toma que tuvo 3.4 millones de re-tweets y más de dos millones de likes. Curiosamente, un adolescente fue capaz de aprovechar el fenómeno para posicionar el hashtag “sealfie” que tiene una similitud gramatical con “selfie” para posicionar una campaña para salvar a las focas en Canadá.
Para el célebre filósofo Anthony Giddens, la identidad de la persona no se encuentra en el comportamiento ni en las reacciones de los otros, por el contrario en su “capacidad para mantener una narrativa particular”. Asi, la biografía personal narrada por la persona permite mostrar la identidad de la persona, tal como una autopelícula. Esto nos lleva a repensar la transformación de la generación Millenial a un nueva centrada en el Yo … en el Self.
En un estudio del Pew Research Center, se encontró que los Millenials (jóvenes de 18 a 33 años, nacidos después de 1980) se alejan de las instituciones tradicionales, las políticas, religiosas y culturales. Su mentalidad liberal, los lleva a constituirse como instituciones en si mismos, sólo subordinados al individuo y a las redes sociales. Al ser los nativos digitales por excelencia, les permite ser la primera (y única) generación para los cuales la comunicación digital no requiere adaptación.
Los beneficios para el marketing son evidentes al aprovechar el selfie como espacio para el posicionamiento, sin duda el product placement aprovechará esta tendencia para generar campañas de bajo costo y alto impacto que aprovechen la “espontaneidad” del momento y su difusión permita llevar a muchos un mensaje que recuerde el momento y sus actores.
¡ No te desconectes !