Hablando ahora del POS con conteniendo asociado a la sexualidad, me pregunto. ¿Desde cuándo se estila este concepto? Hace años encontré en un bazar, y aún conservo enmarcado, un precioso almanaque de 1937 de la extinta empresa “Perfumes Salcedo”. Enorme éste (más de un metro de alto por 60cm de ancho) con una imagen, por encima del calendario de hojas desprendibles, de una hermosa rubia completamente desnuda. No es una foto, es una muy bien lograda pintura plasmada en el papel desde una “Heidelberg” de aquellos tiempos. El texto por abajo de la imagen delata su antigüedad aportando dos teléfonos de diferentes compañías: “Mexicana” y “Ericsson” (predecesoras de Telmex misma que las uniera). Esto contesta mi pregunta. Los almanaques, cuando llegaron, lo hicieron para quedarse y mantienen hoy su fuerza y su tendencia a reproducir bellas mujeres.
Conclusión.
Para entender el éxito de almanaques y espectaculares, puedo aportar mis propios datos, no comprobados científicamente aunque útiles en mis aventuras publicitarias. Mi propuesta:
La atención de los espectadores a textos e imágenes se podría medir por los segundos que la mirada se detiene en ellos. Para hacer la medición sencilla, usaré este comparativo.
Imagínense a una persona hojeando desinteresadamente una revista en el consultorio de un médico.
Si la mirada se detuviera en un texto (letras) por un segundo. Se detendría probablemente…
En la imagen impresa de un paisaje o edificación, 5 segundos.
En la imagen impresa de animales,10 segundos
En la imagen impresa de un hombre a cuerpo entero, 15 segundos.
En la imagen impresa de una mujer a cuerpo entero, 20 segundos.
En la imagen impresa del rostro masculino, 20 segundos.
En la imagen impresa del rostro femenino, 25 segundos.
Y, en el mismo tenor. La atención que un observador le prestaría a la imagen en “página central” de una revista tipo “sólo para hombres o, sólo para mujeres” seria… ¿Tú qué crees?