¿Quién no conoce a alguien que practica el “Deporte Sofá”?
Somos aquellos (me incluyo) que desde la comodidad del sofá definimos las jugadas de nuestro equipo favorito de fútbol soccer, americano, basquetbol o cualquier otro deporte, gritándole a los jugadores que vemos en la TV lo que deben hacer o no , convirtiéndonos en los mejores directores técnicos o couches.
No corremos, no saltamos, no pateamos una pelota y no encestamos ni una bola de papel en el bote de basura, pero eso si, formamos parte de las victorias y derrotas de los deportistas que están sudando la gota gorda en ese partido. Siempre desde la comodidad de nuestro sofá preferido.
Cuando estamos inmersos en nuestras redes sociales preferidas sucede más o menos lo mismo. Participamos apoyando un tema en especĂfico con el esfuerzo de un dedito en la tecla “enter” dando “likes” a los temas que causan nuestro interĂ©s y con los cuáles creemos que estamos participando de manera activa nada más por el hecho de darle un “me gusta” o compartirlo.
A este tĂ©rmino se le conoce como Slacktivismo, que proviene de las palabras en inglĂ©s “Slacker” (una persona que evita el trabajo o el esfuerzo) y “Activism” (la labor de hacer acciones en pro de un cambio polĂtico o social). De acuerdo al diccionario Oxford, Slacktivism se refiere a “Acciones realizadas a travĂ©s de Internet en apoyo de una causa polĂtica o social, pero consideran que requiere poco tiempo o participaciĂłn , por ejemplo, firmar una peticiĂłn en lĂnea o unirse a un grupo de campaña en un sitio web de medios sociales”.
Pregunto: ¿qué tan beneficioso es para una causa social el Slacktivismo? ¿Ayuda o no para promover acciones concretas?
Darle un “like” a cualquier post que defienda una causa social hace sentirnos partĂcipes de esa lucha. Inclusive, a algunos, les puede ayudar a aumentar su buena reputaciĂłn frente a su grupo de amigos, mostrándose como personas responsables, sensibles, inteligentes y con ideales bien definidos. HabrĂa que ver cuántos de ellos están involucrados de manera activa en esa causa a la que le están dando un “click” de aprobaciĂłn.
Y, me parece, que no se le podrĂa dar la misma dimensiĂłn a la cantidad de “likes” que se le da a un perfil de Facebook de una marca determinada o a algĂşn post que nos refiera a una promociĂłn comercial, en comparaciĂłn con los “likes” que ocurren cuando se trata de ganar la simpatĂa de la gente a favor de solidarizarse frente a un problema social. Por el lado comercial importa llegar a una mayor cantidad de gente a la que exponemos nuestra marca o producto. En el caso de un tema social, tiene que ver la cantidad, pero tambiĂ©n tiene que ver la acciĂłn resultante a esa convocatoria o a ese mensaje de sensibilizaciĂłn social. De nada sirve mi “like” a un post que vaya en contra del maltrato a las mujeres si en mi vida personal soy un machista.
Y esto va más allá. Llega el momento en que los Slacktivistas no dan solo su aprobación al tema; lo comparten, lo replican, le dan seguimiento a la información, exigen que se realice una acción y, habrá algunos casos, en que intervengan activamente a favor de la causa.
¿Habrá alguna figura similar para el caso de la mercadotecnia digital con fines publicitarios o promocionales? ¿Ya existirán los “Slackfollowers” que ayuden a difundir el mensaje comercial, más como recomendadores que como compradores?
El dĂa de hoy, en que escribo esta columna, están ocurriendo cosas allá afuera, en la calles, con miles de personas que se están manifestando y que se han organizado para protestar por una causa con la que se sienten comprometidos. O por lo menos, eso espero, para darle sentido a toda la movilizaciĂłn social que no solo se está dando en las calles, a piĂ© de banqueta, sino tambiĂ©n en las mismas redes sociales con una gran cantidad de Slacktivistas.
Me interesa, al final del dĂa o en las prĂłximas semanas, saber cuál fue el efecto causado por los miles de “likes” y “tweets” relacionados con el tema difundido por Slacktivistas.
Por lo pronto, a diferencia de hace muchos años, personas EN TODO EL MUNDO, desde sus oficinas, sus gadgets en la calle y desde su cĂłmodo sofá y gracias al internet, están hablando de lo mismo, demuestran apoyo y empatĂa a todas las razones que se juntan hoy: reclamo, hartazgo, miedo y los desaparecidos. Espero que todo sea en paz.