Hoy se celebra la segunda jornada de la décima edición del Buen Fin, una iniciativa promocional que en este 2020 llega en un momento atípico y complejo para muchos jugadores económicos.
En términos generales estamos frente a una economía contraída en donde la cadena de valor parece estar dañada en todos los sentidos.
Y es que sin empleo no hay consumo y sin con sumo las posibilidades de mantener o abrir nuevas plazas laborales se reducen de manera significativa.
Sin empleo en México y el mundo
Lo cierto es que esta tendencia no es para nada local. El mundo entero se enfrenta a este reto que ha puesto en jaque la cadena de generación de valor a nivel internacional.
Un reciente reporte firmado por Fitch Ratings, indica que como consecuencia de las restricciones implementadas para detener el avance de la pandemia, la actividad económica mundial sufrirá una contracción de 1.9 por ciento durante este año, a lo que se sumara la caída del PIB a razón de 20 por ciento cada semana en las naciones que se han visto obligadas a hacer cuarentena.
Con esto en mente, el escenario pinta para que el mundo alcance niveles de desocupación máximos e históricos, con pérdidas que se calculan hasta en 15 por ciento de la fuerza laboral en comparación con lo registrado durante el cuarto trimestre de 2019.
En lo que concierne al mercado mexicano, las cifras no son alentadoras. Basta con reconocer las últimas estimaciones entregadas por Banco de México (Banxico), mismas que indican que tan solo entre abril y mayo se perdieron más de 12 millones de empleos en el país tanto ten el sector formal como informal.
Al mismo tiempo, los pronósticos de Banco Base, mismos que estiman que para el cierre del año se destruirán cerca de 1.86 millones de empleos formales, luego de que en julio se vieran afectadas cerca de 31 mil 543 plazas, en agosto se perderían cerca de 223 mil 286 empleos, mientras que en septiembre las cifra era de 358 mil 681.
Sin empleo no hay Buen Fin
Cuando este escenario se lee en medio del Buen Fin, lo cierto es que la estrategia promocional más grande del año, podría quedarse sin miles de clientes, debido a que a falta de empleo y recortes salariales muchas personas simplemente no podrán comprar en esta época de ofertas.
Así lo revela una reciente encuesta firmada por OCC Mundial, la cual indica que el 80 por ciento de los mexicanos aseguró que no pueden destinar dinero para comparas durante el Buen Fin 2020, debido a su situación laboral y financiera.
De este gran total, 49 por ciento afirmó que sus principales razones para no participar en esta edición del Buen fin es por que perdieron su perdieron su empleo y no han logrado reincorporarse al mundo laboral o bien, que aunque siguen trabajando, han sufrido recortes salariales.
Por su parte el 31 por ciento asegura que prefieren ahorrar ante la incertidumbre económica que vive el mundo entero.
¿Expectativas sin cumplir?
Lo cierto es que estas cifras contrastan con las altas expectativas que se tienen alrededor del Buen Fin, en donde se espera, cuando menos, llegar a una derrama económica similar a la del año pasado.
Con esto en mente es justo reconocer que días antes de que se celebrará la edición 2019 del Buen Fin, los pronósticos indicaban que las ventas alcanzarían 118 mil millones de pesos, lo que representaría 5 por ciento más con respecto a lo registrado durante 2018, según dijo la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio y Servicios Turísticos (Concanaco). Lo cierto es que luego de terminado el fin promocional, estas cifras se superaron.
Aunque es pronto para reconocer si el Buen Fin logrará cumplir las expectativas, lo que es cierto es que existe una irrupción importante en la cadena de valor, misma que las marcas deberán de reconocer y superar lo antes posible para no perder su negocio.
Esto va más allá de lo que ahora sucede con el Buen Fin. El daño parece que persistirá a largo plazo y el reciente comunicado enviado por Burger King es muestra clara de la preocupación que deberían entender el grueso de las marcas.
El rival a vencer no son los competidores propios de una categoría; un consumidor que no desea y que no puede gastar es realmente el problema a solucionar.