El consumo de video on-demand está creciendo como la espuma. Entre abril y diciembre de 2015 el incremento fue de un 4 por ciento, y el porcentaje de consumidores que ven más de cuatro horas de video on-demand se incrementó un 36 por ciento en el mismo periodo.
Así lo indica el estudio sobre El Estado del Video en Línea, llevado a cabo por la firma Limelight Networks que encuestó a más de mil 200 consumidores, según los cuales, entre los millennials ha aumentado a 10 horas o más el consumo semanal de este tipo de contenido, un 15 por ciento más que en abril del año pasado.
Los retos para la industria televisiva, tanto abierta como de paga son claros. La gente sigue estando enchufada a la televisión, pero para ver otro tipo de contenidos más adecuados a sus gustos y según los encuestados, más baratos. Una de las principales razones que dieron los consumidores para terminar su contrato de televisión de paga es que “los precios no dejan de subir”.
Además, los consumidores de video on-demand cada vez son más conscientes del contenido que buscan y tienen menos paciencia para tolerar los anuncios publicitarios. El estudio indica que el 61.8 por ciento de los consumidores abandona un video si éste contiene demasiados anuncios y otro 26.7 por ciento aseguró abandonarlo si comienza un anuncio que no se puede saltar. Un 16.4 por ciento señaló que si el video empieza con un anuncio, simplemente no lo ve.
Por el lado de la calidad y la rapidez con la que se carga el contenido, el 65.8 por ciento indicó que abandona un video si éste es de mala calidad y el 51.3 por ciento deja de verlo si tarda en cargarse o se para más de una vez.
La libertad que los consumidores experimentan para ver la programación que quieren cuando quieren y durante el tiempo que lo desean es un factor clave de consumo que los mercadólogos y publicistas deben tener en cuenta cada vez que se plantean una nueva estrategia.
La migración de los consumidores de la TV tradicional al video on-demand es tal que pueden seguir viendo el mismo programa, pero ya lo hacen desde plataformas distintas. Un buen ejemplo lo proporciona Statista al mostrar que durante 2011, el 45 por ciento de la audiencia de la serie televisiva Homeland veía el programa el día de su estreno por televisión, mientras que en 2013 este porcentaje cayó a 32 por ciento. Al mismo tiempo, el 21 por ciento de la audiencia veía el show on-demand en 2011, cifra que creció a 28 por ciento en 2013.