Durante el próximo año, uno de cada cuatro millennials dejará su trabajo actual, de ser posible, para entrar a una nueva organización o hacer algo diferente. Así lo explica el Estudio sobre Millennials 2016 de la firma Deloitte.
Para el año 2020, esta cifra se incrementará al 44 por ciento de dicha generación, lo cual indica que los millennials tienen una “sobresaliente ausencia de lealtad”, según el documento, hacia sus empleadores, lo cual representa un serio reto para cualquier empresa que tenga a un alto porcentaje de millennials en su plantilla laboral, especialmente en países como los Estados Unidos, en donde esta generación es hoy el segmento más amplio de la población trabajadora.
En México, de acuerdo con el INEGI, hay una población aproximadamente 30 millones de mexicanos que pertenecen a esta generación, que abarca a quienes nacieron entre el año 1982 y el 2000.
Deloitte realizó este estudio en 29 países -incluido México- y en cada uno de ellos la mayoría de los millennials espera haber dejado su trabajo antes del año 2020. Los porcentajes varían entre un 51 por ciento en Bélgica a un 76 por ciento en Sudáfrica. En América Latina, el promedio es de 71 por ciento.
Esta tendencia disminuye entre aquellos Millennials que ya son padres, en donde sólo el 32 por ciento quiere abandonar su trabajo durante los próximos cinco años, y entre los géneros, las mujeres son más propensas a tener esta actitud (67 por ciento) que los hombres (64 por ciento).
Entre las principales razones que los encuestados señalaron, se encuentra principalmente el hecho de que los millennials perciben que sus habilidades no están siendo completamente desarrolladas, por lo que el estudio apunta a que las compañías están ignorando el valor que los jóvenes dan a este aspecto. Sin embargo, esta tendencia hacia la deslealtad corporativa también se da entre millennials que ya ocupan posiciones gerenciales en las empresas.
Y es que los millennials son una generación altamente motivada por la ética y los valores morales. Tal vez por ello, de acuerdo con Deloitte, el 44 por ciento de ellos han rechazado un empleo porque los valores de la compañía no concordaban con los suyos, y el 49 por ciento ha rechazado algunas tareas en el trabajo por representar un conflicto con sus esquemas éticos. De hecho el 56 por ciento asegura que nunca trabajaría con algunas organizaciones por tener ciertos valores.