Dove es una marca con gran impacto en el mercado de belleza, porque ha representado una serie de acciones con las que ha logrado definir tendencias publicitarias innovadoras y pautas que han marcado la evolución del consumidor en sus decisiones.
A partir de esta pauta, las acciones del mercado de consumo se han centrado en un discurso que se ha interesado en conectar con el consumidor desde sus necesidades, expresadas en su journey cuando salen de compras, mediante su interacción en redes sociales y con la navegación en internet, donde visitan sitios de comercio electrónico o se interesan por publicidad que da la pauta a experiencias digitales con que se descubren a mayor profundidad a las marcas.
Toda esta realización de acciones centradas en el consumidor, han colocado a este último como referencia de lo que es acertado dentro de la industria, en donde nos encontramos con apuestas que resultan en ventas o mayor interacción con plataformas como ocurre con las redes sociales, interesadas cada vez más en acciones reveladoras.
A partir de esta norma con que las marcas se han interesado en la comunicación centrada en el consumidor, las compañías han convertido al cliente en una personalidad cuyas decisiones determinan el éxito o fracaso de las marcas en sus ventas.
Es por ello que resulta realmente catastrófico para marcas como Dove, haber realizado acciones en contra del cliente de esta marca, cuando en una campaña mostró a una afroamericana convertirse en una mujer blanca, aludiendo que la transformación se debió al uso de un producto de la marca.
Las reacciones en redes sociales comprometieron en todo momento la imagen de la compañía que ha aprovechado el feminismo y el establecimiento de productos, como necesarios para reafirmar esta identidad, al generar una serie de críticas que impactaron negativamente en la compañía, por tratarse de acciones que siempre reprueba el consumidor, tal como ocurrió en mayo del año pasado, cuando una marca china de detergentes creó lo que es considerado por varios medios internacionales como “el anuncio más racista de la historia”, al mostrar a una joven china de tez clara que está por lavar su ropa, y en ese momento le coquetea un trabajador -personificado por una persona de color-, acción a la que ella responde atrayéndolo, para cuando están frente a frente, la chica le mete una cápsula de detergente en la boca y mete al chico a la lavadora. El resultado: sale un joven chino de piel clara.
An image we recently posted on Facebook missed the mark in representing women of color thoughtfully. We deeply regret the offense it caused.
— Dove (@Dove) 7 de octubre de 2017
Okay, Dove…
One racist ad makes you suspect.
Two racist ads makes you kinda guilty. pic.twitter.com/hAwNCN84h2— Keith Boykin (@keithboykin) 8 de octubre de 2017
So uh… #Dove – what’s happening here? pic.twitter.com/v0PzdtWTBc
— Chasity ??? (@chasityscooper) 7 de octubre de 2017