Las sospechas de dopaje en la selección anfitriona durante sus encuentros en el Campeonato Mundial de Futbol de Rusia 2018 han perseguido al equipo desde hace varios días y ahora se confirma que, sin tratarse de una sustancia prohibida, sí existió inhalación de amoniaco por parte de los jugadores. ¿Afectará esta confirmación a la marca país del país euroasiático?

El diario alemán Süddeutsche Zeitung reveló que, previo a sus partidos, algunos jugadores de la selección nacional de Rusia realizaron esta práctica que es comúnmente utilizada para reanimar a las personas. Se moja un pequeño trozo de algodón con amoniaco y se coloca en las fosas nasales, esta acción la realizan deportistas de diferentes especialidades, no sólo en el futbol.

El médico del equipo ruso, Eduard Bezuglov, confirmó el hecho al tiempo de asegurar que no se trata de un uso indebido de sustancias, toda vez que el amoniaco no se encuentra en el listado de sustancias prohibidas por la FIFA. Sin embargo, esta información se acumula con las sospechas previas que medios de países como España, Brasil e Inglaterra divulgaron.

Por ejemplo, el medio británico Mail on Sunday afirmó en días pasados que la FIFA encubrió casos de dopaje de la selección de Rusia, mientras que  Richard Pound, ex presidente de la Agencia Mundial Antidopaje, declaró las dudas que el organismo mundial de Futbol puede llegar a generar en este tema -lee la información completa a través de esta liga-.

Si bien no se trata de un caso de dopaje porque no se utilizaron sustancias prohibidas, los hechos generan dudas  que podría dañar de nuevo la marca país rusa, que históricamente se ha visto involucrada con este tipo de escándalos.

Basta recordar que desde 1980, cuando la entonces ciudad soviética de Moscú fue la sede de los Juegos Olímpicos, algunas investigaciones afirmaron que los atletas anfitriones habrían utilizado sustancias prohibidas –esteroides, en muchos casos- para potenciar sus alcances físicos.

El escándalo se repitió en 1984, cuando, en medio de la Guerra Fría, la delegación soviética se negó a acudir a los juegos de Los Angeles, en Estados Unidos. Ya denominada nuevamente como Rusia, en la década 2010 el gobierno de aquel país, bajo el mandato de Vladimir Putin, habría intervenido en la Agencia Antidopaje Rusa para encubrir nuevos casos de dopaje que derivaron en el retiro de 49 medallas obtenidas en diferentes especialidades deportivas y ediciones de Juegos Olímpicos.

El uso de amoniaco afectaría nuevamente la marca país rusa, entendida con el resultado de diferentes acciones de comunicación y marketing para apuntalar la reputación de un país a través de acciones que comprenden, entre otras, las deportivas.

Sin tratarse de un caso confirmado de dopaje y sin comprobarse algunas otra acción indebida, la inhalación de amoniaco de los jugadores causa revuelo en los medios internacionales y para comprenderlo habría que pensar en el dicho popular que versa más o menos “Cuando el río suena, es que agua lleva”.