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La campaña de Domino’s fue realizada con el apoyo de la agencia de publicidad CP&B
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El anuncio es también un homenaje al baile que hace Tom Cruise en la película Risky Business
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Incluso, se buscó una casa que se asemejara lo más posible a la casa de este filme para poder grabar el comercial
La música es una experiencia tan universal que no es raro que las empresas hagan uso de este arte en alguna campaña. Hay empresas que les gusta hacer números musicales, solo por el gusto de mostrar sus productos y servicios en un formato más dinámico. También está el caso de las marcas que saben combinar a la perfección un track con la acción en pantalla. En ocasiones, la disciplina misma es el objetivo de la misma estrategia de promoción comercial.
Esta relación entre música y publicidad está bien estudiada por los expertos. De acuerdo con Econsultancy, el arte tiene el poder de hacer mucho más memorable una campaña publicitaria. Por otro lado, Goss Agency asegura que estos materiales pueden influir en los sentimientos de los consumidores, y por tanto el nexo emocional entre la marca y la audiencia. Por su parte, Nielsen asegura que incrementa la efectividad de los anuncios en casi todos los aspectos.
Por supuesto, la música tiene a su vez ciertos fenómenos, actividades y sub-disciplinas que están directamente sujetas a ella. El más importante es el baile. Así como las canciones, las coreografías y las danzas pueden tener un efecto muy interesante en una campaña. No solo la hacen visualmente mucho más atractiva y llamativa para los consumidores. Además, con una mezcla adecuada de otros elementos, ayuda a la gente a que pueda aprender algún paso.
Domino’s y su nueva campaña de baile
Tal es el caso de la más reciente activación de una de las marcas más importantes de pizza. En su más reciente campaña, Domino’s está tratando de promocionar una nueva función en su app oficial. En concreto, un rastreador para órdenes a domicilio. La meta de la herramienta es avisar a la gente cuando su pedido está a punto de llegar a su hogar. Esto, para que la gente esté lista y no esté indispuesta para cuando el repartidor llegue hasta su puerta con la comida.
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Pero para promocionar esta herramienta, Domino’s decidió apostarle a una campaña bastante ridícula. El video comienza cuando su protagonista está a punto de comerse un pedazo de comida congelada. Cuando se lo lleva a la boca decide que es mejor pedir una pizza. Utiliza la app para ordenar e, inmediatamente después, comienza a bailar sin pantalones. Su excelente coreografía se ve interrumpida por la aplicación, que le permite vestirse para recibir su pedido.
Una gran forma de conectar con los consumidores
Las coreografías son algo frecuente en la estrategia de marketing de las empresas. Taco Bell, en una campaña para un plato gigante de nachos, realizó una excelente escena de pelea entre dos hombres y una mujer. También Burger King, haciéndole una parodia a Joker, imitó el baile en las escaleras que hizo Joaquin Phoenix en este filme. Por su parte, la cadena de gimnasios Equinox produjo un perturbador video con varios niños bailoteando en honor al narcisismo.
Hay que reconocerle a Domino’s por esta campaña. Es evidente que muy pocas personas de hecho pueden imitar los pasos de Jordan Fisher, el actor que protagoniza este anuncio. Pero sí hace honor a una actividad con la que muchas personas podrían sentirse relacionadas. Al final, ¿quién, en la comodidad y privacidad de su casa, se ha puesto a bailar (o hacer otra cosa ridícula) en ropa interior? Por supuesto, no es lo único que resalta de la activación comercial.
También hay que admirar la calidad de la coreografía. No se trata de un baile particularmente difícil o complejo. Es decir que la gente, si en verdad lo quiere hacer, puede imitar los pasos que se enseñan en la campaña. No sería difícil pensar que la activación de Domino’s pueda volverse viral y haya quienes se atrevan a imitar la danza. Así que el anuncio tiene una buena receta para el éxito. Solo falta ver si la compañía realmente podrá capitalizar este potencial.