El dólar tuvo un fin de 2017 y comienzo de 2018 “caliente”. En menos de 90 días el peso argentino se depreció más de un 15% y la tendencia a la suba del billete verde parece no tener freno. Este viernes abrió a casi 20 pesos argentinos por unidad de dólar (19,80), cuando el 26 de noviembre costaba 17,10.
Por un lado, los sectores exportadores –especialmente el campo– están contentos porque consideran que había un atraso cambiario y necesitaban un dólar alto para ganar competitividad en el exterior. Sin embargo, por otro lado, se teme un fuerte aumento en los precios teniendo en cuenta que el valor de gran cantidad de productos (incluida la gasolina) está “atado” al dólar.
La inflación de 2017 fue de poco más del 24% en la Argentina y si bien las previsiones del Gobierno para 2018 son menores, el aumento del dólar (y de los combustibles) no genera demasiada esperanza.
En ese marco de incremento de la moneda de los Estados Unidos, esta nueva estrategia del Banco Central argentino: la compra y venta de divisas ya no será potestad exclusiva de bancos y casas de cambio.
Así es, desde el mes de marzo, prácticamente todos los comercios podrán comprar y vender dólares a sus clientes. Entre ellos, supermercados, kioscos de golosinas, carnicerías y hasta servicios de taxis y remises.
“El Banco Central decidió habilitar a comercios e individuos para operar en cambios, sin necesidad de depender de una entidad bancaria o casa o agencia de cambio habilitada. Se trata de un nuevo marco normativo, con el objeto de brindar mayor competencia y transparencia a ese mercado mediante la incorporación de nuevos y diversos oferentes, a la vez que simplificar toda la tramitación respectiva”, publicó Clarín en base a un comunicado de la entidad que regula el mercado en la Argentina.
El texto dice que “las empresas de cualquier sector que operen de manera habitual en el Mercado Libre de Cambios podrán funcionar como agencia de cambios con el único requisito de inscribirse en el Registro de Operadores de Cambio”.
De esta forma, un supermercado, un hotel, una tienda de indumentaria o una gasolinera, por sólo citar algunos casos, podrán inscribirse como agencias de cambio. La habilitación será automática una vez que se inscriban en la página web de la autoridad monetaria (BCRA).
El objetivo es que cualquier comercio pueda adicionar la operación con monedas extranjeras a su actividad principal, del mismo modo que podrá hacerlo un individuo, analiza El Cronista.