El proceso de mejora de una empresa que la impulsa a alcanzar determinadas cuotas de éxito se conoce como crecimiento. El crecimiento del negocio puede lograrse aumentando los ingresos percibidos por la organización gracias a un aumento del volumen de venta de sus productos o un incremento de los ingresos percibidos por sus servicios.
También el incremento de la rentabilidad de las operaciones, que es el que se consigue al reducir de forma efectiva los costes.
Sabemos que los pilares del crecimiento para una empresa son: el cliente, la gente, conducta y cultura; tecnología y la analítica, operaciones, financiamiento y finanzas; transacciones, alianzas y riesgo.
Pero ¿qué hacer cuando se ha intentado todo? El crecer una empresa, es uno de los retos más complicados en mercadotecnia. Hacer crecer una empresa tiene enfoques aplicables a cualquier área, siempre que se base en una estrategia fundamental y especialmente diseñada para este fin.
Un ejemplo muy claro está conformado en la diversificación. Esta, es la más complicada de todas estrategias de crecimiento. Se enfoca en factores externos y se ubica en el área de oportunidades.
Se dirige a conquistar nuevos mercados, pero con nuevos productos, por lo que es casi como iniciar de nuevo un complejo proceso y con poca experiencia.
Por ello, se recomienda cuando se ha agotado las tres estrategias de mercadotecnia anteriores y ninguna resultó efectiva.