En tiempos actuales, la compra de un smartphone es algo más que un gusto. Dispositivos iOS y Android se han transformado en una extensión importante en la vida de los usuarios, con lo que un iPhone es algo más que un simple teléfono.
Al tiempo que este tipo de fenómenos se hace más evidente en el mercado, la competencia entre los grandes fabricantes y los sistemas operativos es cada vez más compleja.
Entre cifras y cambios de teléfono
Según los datos entregados por StatCounter, Android de Google está instalado en el 37.93 por ciento de los dispositivos que se conectan a Internet a nivel mundial, superando al 37,91 por ciento que cuenta con Windows (en las versiones que aún están activas), de Microsoft. En tanto, iOS, de Apple con el 13,09 por ciento, que, si juntamos con el 5,17 por ciento de OS X, suma el 18.26 por ciento. Muy distantes quedan Linux, con 0.75 por ciento.
Si bien mover estos números a favor de cada fabricante y desarrollador es parte del negocio importante del negocio de grandes empresas, lo cierto es que para los usuarios se traduce en un necesidad constante de actualizar sus dispositivos.
Frente a la aparente saturación del mercado, las líneas de competencia se enfocan en sustentar innovaciones que parecen tener como principal competidor el tiempo, con lo que la constante dentro del sector son presentaciones de ‘nuevos productos’ en cuestión de meses, que más que dejar satisfecho al consumidor, comienzan a ser un factor de agotamiento.
En este sentido, una investigación realizada por Greenpeace, apunta que más de la mitad de las personas considera que se lanzan demasiados smartphones cada año, mientras que en el caso de México el porcentaje se eleva a un 76.2 por ciento, según datos de Merca2.0.
Aunque estas cifras hablan de un consumidor abrumado por verse, en muchos casos, obligado a cambiar de dispositivo, lo cierto es que el rápido avance en los sistemas operativos así como sus continuas actualizaciones han llevado a muchos smartphones a, simplemente, ser obsoletos aún cuando en términos de funciones siguen operando.
Android menos “longevo” que iOS
Esto lleva por definición jugar con el valor que un smartphone tiene en el mercado. Aunque un dispositivo pueda estar en las mejores condiciones, lo cierto es que si es incapaz de adaptarse a las nuevas actualizaciones de software su cotización podría ser de manera importante.
Con esto en mente, cobra relevancia un reciente informe firmado por BankMyCell, el cual indica que los teléfonos inteligentes Android suelen perder el doble de valor (-33.62 por ciento) en el primer año en comparación con un iPhone, cuya caída en valor se tasa en 16.70 por ciento.
La relación es constante si consideramos que después de dos años de su lanzamiento, el precio de un smartphone Android cae 61.50 pro ciento, mientras que el de un iPhone lo hace en 35.70 por ciento en promedio.
Para dejar más claro el asunto, el informe muestra la depreciación del valor de dos teléfonos insignia más populares de 2019: el Galaxy S20 frente al iPhone 11. Luego de nueve meses de su lanzamiento, el precio de estos dispositivos se movieron de la siguiente manera:
- El Galaxy S20 (-34.78 por ciento) frente al iPhone 11 (-12.84 por ciento)
- El Galaxy S20 + (-30.59 por ciento) frente al iPhone 11 Pro (-21.31 por ciento)
- El Galaxy S20 Ultra (-36.30 por ciento) frente al iPhone 11 Pro Max (-15.96 por ciento)
Este asunto no es menor y no sólo debería de prender las alertas de los consumidores. Los fabricantes tendrían que tener en mente la constante búsqueda por parte de los clientes de productos con mayores periodos de vida, en donde el valor de los mismos es un factor crucial.
Este fenómeno se hará mucho más evidente durante los siguientes meses, de cara a una situación económica especialmente compleja en donde las personas buscarán recibir más por cada peso gastado.