La historia de una mujer que fue expulsada por un crucero de Disney por estar embarazada, se ha convertido en una polémica dentro de redes sociales.
El hecho. Emily Jackson, de 23 años y originaria de Missouri, se encontraba en Miami, Florida, dispuesta a abordar uno de los cruceros de Disney, cuando personal de la línea se lo impidió tras haber notado su embarazo.
“Cuando llegamos al puerto, una mujer me preguntó: ‘¿Estás embarazada?’, dije: ‘sí’ y ella dijo: ‘bueno, podríamos tener un problema, voy a necesitar que te apartes’”, cita el testimonio dado por Jackson y publicado por People.
Un video publicado en el canal de Youtube de la familia (The Jackson Hive) y con más de 178 mil reproducciones, muestra como guardias armados escoltaron todo el tiempo a la familia, en un hecho que tensó su expulsión del crucero y que impacta negativamente a Disney, pues no es la primera vez que una familia completa se ve afectada por las “políticas” de la compañía de entretenimiento.
Otros incidentes. Esta historia es contradictoria y demuestra que Disney no juega bien las cartas de su política de servicios, cuando comparamos el hecho con la polémica que desató la muerte de un niño, que fue atacado en una playa de su complejo.
La información que circuló en ese momento detalló que un menor de edad había sido arrastrado por un cocodrilo en aguas del lago artificial Seven Seas, el cual se encuentra rodeado por complejos de Disney como el Disney’s Grand Floridian Resort & Spa, Magic Kindom o el Disney Polinesian Village Resort.
Acciones a tomar. El impacto que genera en una marca una mala experiencia de cliente es un riesgo para el que no todas las compañías están preparadas, sobre todo cuando estas personalidades son microinfluencers dentro de redes sociales logrando que su experiencia negativa se convierta en una crisis que obliga a las empresas a repensar el papel de sus departamentos de relaciones públicas y mercadotecnia.