La magia de Hollywood ha chocado con la realidad legal. Disney, el gigante del entretenimiento, se encuentra en el ojo del huracán tras ser demandada por utilizar tecnología CGI para “resucitar” al actor Peter Cushing en la película “Rogue One: Una historia de Star Wars”.
La polémica se centra en el uso no autorizado de la imagen de Cushing, quien interpretó al temible Moff Tarkin en la saga original de Star Wars. Según el productor Kevin Francis, amigo íntimo del actor, existe un contrato firmado por Cushing antes de su fallecimiento en el que prohibía expresamente el uso de su imagen en futuras producciones sin su consentimiento.
¿Hasta dónde llega el derecho a la imagen de Cushing en Star Wars?
Este caso plantea interrogantes cruciales sobre los límites del uso de la imagen de una persona, especialmente después de su muerte. ¿Las empresas tienen derecho a utilizar la tecnología para recrear digitalmente a actores fallecidos y obtener beneficios económicos? ¿Qué derechos tienen los herederos y los amigos de los actores sobre su imagen?
La demanda de Francis ha reavivado el debate sobre la ética en la industria del cine. Mientras que algunos argumentan que el uso de CGI para revivir a actores fallecidos puede ser una forma de honrar su legado, otros advierten sobre los peligros de la manipulación digital y la posible explotación de la imagen de personas fallecidas.
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Más allá de Star Wars
El caso de Cushing no es el único ejemplo de uso de CGI para rejuvenecer o recrear a actores en el cine. Carrie Fisher también fue rejuvenecida digitalmente en “Rogue One”, y Mark Hamill en “The Mandalorian”. Sin embargo, hasta ahora, ninguno de estos casos había generado una controversia legal tan significativa.
La imagen pública en juego
Peter Cushing fue mucho más que Moff Tarkin. Su carrera abarca desde el icónico Doctor Who hasta Sherlock Holmes, dejando una huella imborrable en la historia del cine. La demanda de Francis busca proteger no solo la imagen de Cushing, sino también su legado y el derecho de las personas a controlar su propia imagen, incluso después de su muerte.
El futuro de la tecnología y el cine
Este caso podría sentar un precedente importante para la industria del cine y la televisión. A medida que la tecnología avanza, es probable que veamos cada vez más casos de uso de la inteligencia artificial y el CGI para manipular imágenes y sonidos. Es fundamental establecer un marco legal claro que proteja los derechos de los artistas y de sus herederos.
El caso de Disney y Peter Cushing plantea una serie de preguntas complejas sobre la ética, la tecnología y el derecho. La resolución de esta demanda podría tener un impacto significativo en la forma en que se utilizan las imágenes de las personas en el futuro.