Con el anuncio de que “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos” y “Free Guy” llegarán en exclusiva a salas (el 13 de agosto y el 3 de septiembre, respectivamente) y 45 días a Disney+, su propia plataforma, Disney ha cambiado a la industria del cine. La modificación reduce a la mitad el periodo anterior y establece nuevas reglas del juego.
La ventana de 90 días funcionaba desde los 80’s y se estableció para proteger a las salas tras la llegada de la venta y renta del video. La intención era motivar que la gente acudiera a las salas. Para las salas implicaba el que un título llamativo le redituara mejores dividendos toda vez que era poco probable que la gente quisiera esperar algunos meses, ya que hubiera pasado de moda, la película, no digamos si tenía que esperar a que lo hiciera al cable o la televisión abierta. El modelo también permitía o favorecía el esquema que hizo éxitos títulos como “Titanic” o “Avatar”, filmes que dada su aceptación estuvieron por meses en taquilla y que establecieron récords en su momento. Vaya, casos como “El Exótico Hotel Marigold” o “El gran showman” también se vieron favorecidos pues si bien no irrumpieron de manera contundente en su estreno, sí permanecieron por semanas entre los primeros lugares, teniendo poco decremente de ingresos entre semanas, y asegurándose con ellos una larga estadía que los convirtió en lo que se denomina como un sleeper-hits.
Con este cambio es probable que los ingresos en la taquilla se perciban como menores cuando, muy probablemente, para los estudios sean mayores. Cuando la película se estrena en salas, de lo que ingresa, el estudio sólo se queda alrededor del 40%. Un estudio como Disney, que tiene su propia plataforma, verá la inversión retornar de manera directa bajo este mecanismo. Para otros estudios puede implicar montos concretos por la venta a algún servicio de streaming para los que ya no tendrá que esperar meses. Ello, habrá que ver, afectará la manera en cómo los filmes se mercadean y distribuyen (ya no tendrán que invertir dos veces o de manera tan notoria para la distribución en distintos canales), más aún tendrá repercusiones en la manera en cómo se calcula lo que ha ingresado. Al momento el monto claro es el de la taquilla, pero pocos servicios revelan datos reales y concretos de lo que sucede en plataformas. Por ejemplo, Netflix reporta cada ciertos meses el número de vistas que tuvo una serie o película, pero ello en realidad no indica que se haya visto completa, es suficiente con que se hayan visto los primeros minutos y, claro, también está en que en un caso cómo ese, se paga al mes, no por un contenido específico, haciendo mucho más complejo establecer un costo de producción frete a un ingreso que se reparte entre todos los estrenos y/o el catálogo. No sucede así con los estrenos más importantes en Disney+ donde por ver “Raya y el último dragón” el mismo día que llegó a salas se deben pagar casi 300 pesos, monto mucho mayor al costo por un boleto en salas aún si fuera VIP.
Para las salas significa menos “exclusividad”, por llamarle de alguna manera, y, por ende, una muy probable reducción de sus ingresos. Más aún, significa que están, en gran medida a merced de los estudios. Disney+ no es el primero en hacerlo, pero sí el estudio clave dado el éxito de sus filmes. Ya en julio, Universal había indicado que estrenará con una ventana de 17 días en distintos servicios de streaming. Paramount y Warner Bros. confirmaron también el esquema de 45 días. Warner Bros, además, está estrenado casi simultáneamente en salas y HBO. Sony está optando por estrenar directo en línea. Antes los estudios habían tratado de reducir la ventana y la reacción de las cadenas de salas era bloquearlos. Ahora, eso ya no es un factor. Con su dominancia en la industria, siendo el único estudio en haber ingresado en la taquilla poco más de 11 billones de dólares en 2019, Disney inclina la balanza y pone el poder de negociación del lado de los estudios. La cuarentena le ha dejado claro a todas las partes que la taquilla sí importan, que los estrenos en sala son vitales, pero que no son el único camino y eso, eso ha significado un punto y aparte en la historia del cine cuyas consecuencias están por empezar a escribirse.
Carlos Andrés Mendiola