“El diseño no es sólo cómo se ve y cómo se siente, el diseño es cómo funciona” -Steve Jobs
En un mundo cada vez más visual, el diseño se ha convertido en una herramienta fundamental para comunicar ideas de una manera clara, efectiva y atractiva. En el ámbito empresarial las presentaciones tipo Power Point son una herramienta muy común para transmitir información, pero éstas no siempre están diseñadas de manera eficiente.
En este artículo exploraremos la importancia del diseño de información, así como algunos consejos para sacar el máximo provecho de esta herramienta y lograr una mejor (y más atractiva) comunicación con nuestras audiencias.
Lo primero: ¿Qué?
El diseño de información es una herramienta muy útil para llamar la atención sobre el mensaje que queremos comunicar y la idea central que queremos que retenga la audiencia. El o la diseñadora deben tener muy claro qué deseamos comunicar e identificar los mensajes clave que queremos transmitir. De esta manera podemos realizar un diseño que resalte, encuadre o incluso ilustre datos específicos, ayudando a la audiencia a detectar la información de mayor relevancia.
Lo segundo: ¿Quién?
El diseño es parte integral de la estrategia de comunicación y no solo una parte del proyecto, por eso es importante definir desde un principio a quién se van a dirigir nuestras presentaciones. Pueden ser especialistas en el tema, neófitos, clientes o audiencias muy específicas de ciertas edades, orígenes o profesiones. Al definir esto, podremos saber cuánto detalle visual debemos añadir a nuestra presentación, tamaños de imágenes y fuentes, así como el estilo de comunicación visual que funcione mejor para nuestro público.
Lo tercero: ¿Cómo?
Como mencionamos anteriormente, es básico tener claro el efecto que queremos lograr en la audiencia. Buscamos persuadirla de una idea concreta o invitar al análisis de fondo de un tema para su posterior discusión. A partir de ese objetivo, se podrá definir el formato de diseño. Hay que tomar en cuenta que, si nuestra diapositiva tiene o necesita más de 50 palabras para explicar un tema, deja de ser una presentación y se convierte en un documento, por lo tanto, es mejor diseñarlo como tal. Es esencial decidir la cantidad de diapositivas que presentaremos de acuerdo con el tiempo que tenemos. Lo ideal es medir nuestra presentación en minutos y no en slides. De igual manera tenemos que decidir qué es más importante, que nuestra audiencia lea lo que se está presentando o que nos escuchen hablar. Tener claridad de esto nos ayuda a decidir cómo queremos comunicar nuestros mensajes: puede ser una presentación llamativa, una infografía para comunicar datos, un reporte visual para ayudar al lector a una toma de decisiones, etc.
No olvidar: ¿Dónde?
Es importante saber en dónde presentaremos nuestro proyecto, pues para cada situación hay un formato distinto, es decir, si se va a presentar en una pantalla pequeña vía remota, en una pantalla grande, ante una audiencia amplia, etc. Debemos adaptar nuestro diseño para que los espectadores puedan visualizar correcta y claramente todo nuestro contenido, revisando que las resoluciones sean óptimas, así como los tamaños, colores y contrastes sean adecuados a los dispositivos que usaremos.
En conclusión, tener planeación y objetivos claros de comunicación es crucial para generar un buen diseño de información, evitando criterios arbitrarios como gustos personales y modas.
Un documento diseñado con propósito, más que con intenciones estéticas, hará que nuestras presentaciones no solo sean más atractivas visualmente, sino que también ayuden a captar la atención del público, transmitir mejor nuestras ideas y hacer más efectivos los mensajes clave. Con un buen diseño de información, podemos llevar nuestros proyectos al siguiente nivel y lograr un impacto duradero en nuestra audiencia.
Por Denise Zamorano S.
Coordinadora del Área de Estrategia de Comunicación Visual en Zimat Consultores.