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Geraldine Fernández: la mentira de la diseñadora que se salió de control

Geraldine Fernández, diseñadora colombiana, mintió haber participado en "El Niño y la Garza", pieza con la que Studio Ghibli ganó un Globo de Oro 2024.
  • Studio Ghibli fue premiado en los Globo de Oro 2024 por su animación “El Niño y la Garza”, consolidando su liderazgo en la industria junto a éxitos anteriores como “El Viaje de Chihiro” y “Mi Vecino Totoro”.
  • La diseñadora Geraldine Fernández salió en los medios afirmando haber trabajado en la animación, pero su contribución fue desmentida.
  • Fernández admitió haber “exagerado” su participación, y confesó la verdad.

 

El 8 de enero de 2024 quedó marcado como un hito en la historia de Studio Ghibli, el renombrado estudio japonés dirigido por Hayao Miyazaki.

Es que en la última entrega de los Globo de Oro, el estudio fue premiado por su destacada animación “El Niño y la Garza”.

Este reconocimiento consolidó aún más la posición de Studio Ghibli como líder en la industria, una trayectoria que incluye éxitos previos como “El Viaje de Chihiro”, “Mi Vecino Totoro” y “El increíble castillo vagabundo”.

Sin embargo, la celebración de este logro se vio ensombrecida por una polémica que involucra a la ilustradora colombiana Geraldine Fernández.

La joven latinoamericana afirmó, en una entrevista con El Heraldo Barranquilla, haber contribuido significativamente a la animación premiada, declarando haber trabajado en la creación de 25 mil fotogramas, tanto de manera manual como digital.

La noticia rápidamente se difundió en los medios colombianos, generando titulares que resaltaban la aparente hazaña de Fernández.

No obstante, la realidad detrás de estas afirmaciones resultó ser muy diferente cuando la ilustradora fue desmentida.

La verdad detrás de las afirmaciones de Geraldine Fernández

En pocas horas, se descubrió que el nombre de Geraldine Fernández no figuraba en los créditos de “El Niño y la Garza”, desencadenando un escándalo que afectó la credibilidad de la joven ilustradora.

Posteriormente, en una entrevista con el youtuber Pablo González, Fernández admitió que había “exagerado” su contribución, revelando que solo había trabajado en 200 fotogramas de la animación.

El episodio, como era de esperar, dejó a la diseñadora e ilustradora en una posición más que complicada, especialmente en las redes sociales, donde llueven críticas del público y de otros artistas e ilustradores que defendieron la ética y la honestidad en la profesión.

Fernández llegó a decir que vivió tres años en Japón para trabajar en la cinta premiada y que llegó a conocer a Hayao Miyazaki, una de las eminencias de la animación en la historia del cine.

El Heraldo volvió a llamar a la ilustradora para que explicara lo sucedido y, en un principio, dijo: “Todo lo que yo dije y todo lo que yo hice es real. Lastimosamente, por temas de confidencialidad de Studio Ghibli, yo no puedo mostrar más allá de lo que he mostrado, de lo que he dicho, hasta que la película no salga de carteleras y se vuelva comercial. He visto los comentarios, los estoy ignorando porque yo soy consciente de lo que hice, soy consciente de lo que trabajé, de lo que ilustré, de lo que hice, de lo que realicé, por lo que no tengo por qué responderle a cada uno de ellos, simplemente ignorarlos”.

Sin embargo, la verdad comenzó a salir a la luz. Incluso desde la misma agencia de publicidad a la que la ilustradora está realmente vinculada en Colombia, se advirtió de la situación de la joven.

Finalmente, El Heraldo Barranquilla publicó este mensaje: “Esta casa editorial ofrece disculpas a sus lectores por toda la información publicada con respecto a esta diseñadora gráfica que engañó a todos los medios de comunicación”.

Ética en el diseño en la era digital

La controversia en torno a Geraldine Fernández destaca la importancia de la ética en el diseño y la ilustración, especialmente en la era digital, donde la información circula rápidamente y las reputaciones pueden construirse o desmoronarse en cuestión de minutos.

Este incidente no es único; numerosos casos de plagio y exageración han surgido en la comunidad artística.

Un ejemplo destacado en este contexto es el caso del ilustrador argentino Nik, quien ha sido denunciado públicamente en numerosos casos de plagio.

Nik, reconocido por la creación de Gaturro, ha enfrentado denuncias en las redes sociales por la supuesta apropiación indebida del trabajo de otros.

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